El cuerpo en el problema: Desnudarse o no hacerlo ¿Para quién? [Texto y fotos]

in cervantes •  6 years ago  (edited)
PREÁMBULO.

Hace poco más de cuatro años comencé a hacer desnudos, casi el mismo tiempo que llevo haciendo autorretratos. Había pasado del juego de taparme un seno y mostrar la espalda, a directamente mostrar mis pechos, luego mis nalgas y, finalmente, toda yo. Desde entonces no sólo he recibido “ofertas” de trabajos, proyectos y, por supuesto, varios idiotas que creen que por posar desnuda no tengo derecho a recibir un mínimo de respeto. Hace más de dos años comencé un proyecto de investigación que titulé ”El Cuerpo es el medio”, el cual he estado construyendo desde mi experiencia con el autorretrato y como modelo. Desnudarse sigue siendo un problema, pero ¿Cómo es para quien lo hace? En este ensayo pretendo hablar sobre mis propias reflexiones y experiencias, aquellas que he entendido y cuestionado no sólo a través de la lectura, sino también por medio de mi materia. Por ende les recomiendo (para los que no habían leído sobre mi trabajo) que echen un vistazo a tres de mis artículos más importantes: El Cuerpo es el Medio Una belleza a cuestas: ¿La modelo 2000? y Un Problema mayor: La despersonificación del cuerpo… Esto, para evitar redundancia.

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A mis 20 años. Cuando jugaba a hacer semi-desnudos. Fotografía: Maiken Pereira.

No deja de ser erótico.

El boom de las llamadas fotografías Nude ha sido tema de discusión en los últimos años, ahora todos quieren y tienen que ver con el desnudo, principalmente, entre los fotógrafos y, con ello, no puede faltar aquél que dice que sus desnudos son diferentes “porque es artístico y no vulgar”. A estas alturas me parece pertinente aclarar ciertas posturas y recalcar la estrecha brecha que diferencia lo vulgar de lo erótico. Lejos de hedonismos, existe algo trascendente en todo lo que involucra el cuerpo humano y con él, el deseo por la materia que se revela. Como menciona Edgardo Rodríguez Julia, en su ensayo Cámara Secreta: “La fotografía erótica nos hablará de cuán anónimo y fantasmal resulta el deseo”. ¿Y por qué precisamente es denominada erótica? porque todo cuerpo desnudo que se exhibe ante el otro sin prendas ni excesos, es un arma del deseo, de la provocación y exaltación para el que contempla el ente expuesto ante cualquier estado de su ser. No existe, por consiguiente, una fotografía desnuda que no estimule el deseo, a menos, claro, si hablamos subjetivamente. Este magnifico concepto de despersonificar el cuerpo, en el que han estado trabajo Gerardo Arenas y Génesis Ochoa, se ha revelado y construido desde distintas posturas, puesto que el dolor, la agonía, el cuerpo desmantelado a la intemperie, la nostalgia, la concepción, también develan deseos por muy anónimo o añeja que ésta sea. Lo fantasmal es justamente aquella sensación que nos produce una fotografía erótica por muy secreta o anticuada que se vea.

Las fotografías eróticas de Marilyn Monroe siguen causando deseo, incluso después de casi sesenta años desde que su cuerpo descompuesto fue enterrado. Deseos por cuerpos que ya no están entre nosotros y cuyos esqueletos yacen en cajas de lata o madera, cuando los mismos no son pulverizados. Se trata del recuerdo vivo y real de quien fue aquel o aquella fulana, que tanto entusiasmo nos produce ver su apariencia física, y sólo el vestigio fotográfico es lo que nos permite congelar un momento para siempre. Es la referencia más exacta y fiel de nuestro exterior que sólo sería lograda con la aparición de la fotografía.

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Marilyn Monroe y su primera aparición para la popular revista Playboy.

Grotesco, vulgar, sensual o artístico.

Ciertamente, los desnudos fotográficos no dejan a un lado el erotismo. Empero, así como no pueden dejar de denotar una sensación, tampoco se les caracteriza por ser de la misma estirpe. Lo grotesco, vulgar, sensual y artístico puede o no diferenciarse. La estética no es, como muchos consideran, lo bello en el sentido de lo ético y correcto, sino de la filosofía de la belleza del arte, más específicamente “del arte y de lo bello”. Me parece completamente sorprendente estudiar en una Escuela de Artes, donde un año entero de Estética parece haberse evacuado entre las eses. Escuchar a muchos de mis compañeros empecinados en diferenciar lo vulgar, grotesco, artístico y sensual en los desnudos, me ha dejado sin muchos ánimos de quedarme a escuchar. Y es que ¿Acaso no hemos aprendido que hay estética en lo grotesco? y con ello me refiero a Arte y belleza. Creo que hemos olvidado de qué modo exponer o representar las ideas concretas o abstractas. Se trata de lo sensible, y principalmente, de la expresión de los tiempos. En su ensayo, el profesor Humberto Ortiz hace una reflexión sobre la definición de Estética según Baumgarten y Kant. Cito:

Baumgarten sostenía la tesis de que el objeto de arte son las representaciones confusas, pero claras, o sea sensibles, pero “perfectas” en tanto que el objeto del conocimiento racional son las representaciones distintas (los conceptos). El hombre significa precisamente “doctrina del conocimiento sensible”, y cuando Kant, que también habla (en la Crítica del Juicio) de un juicio estético que es el juicio acerca del arte y de lo bello, denomina “estética trascendental” (en la Crítica de la razón pura) a la doctrina de las formas a priori del conocimiento sensible. Ya para Kant el término Estética, referido al arte y a lo bello, deja de tener relación con la doctrina de Baumgarten y hoy el nombre designa cualquier análisis, investigación o especulación que tenga por objeto al arte y a lo bello, prescindiendo de toda doctrina o dirección específica.”

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Hace tres años participé como lienzo para una charla en el Día Internacional de la Mujer. Realmente se trataba de un body paint/performance. Al ser un evento organizado por GAN (Galería de Arte Nacional) y la Araña Feminista, mi cuerpo se vio afectado en la politización. Yo acepté hacerlo, pero la información dada por las llamadas "feministas" del movimiento me causó vergüenza y decepción.

De esta manera, la representación del arte y lo bello ha estado sujeta a distintas hipótesis. Durante la antigüedad, Platón sostenía que el arte (poética) era imitación de las cosas sensibles “o de los acontecimientos que se desarrollan en el mundo sensible” y es, primeramente, la representación de la realidad, los valores y la razón. En Fedro Platón trata a la poesía como una locura provenientes de las musas y, a pesar de que no desacredita las grandes obras literarias, (como las de Homero) la poesía no podía ser enseñada puesto que en ella predomina la emotividad por encima de la aptitud lógica. No obstante, para Platón lo bello sería la expresión indiscutible de las ideas (valores).

Un guerreo no puede marchar hacia la muerte si éste está hechizado por las musas, debe ir hacia ella con valor y valentía; expone Platón. Pero la definición de arte y bello en la estética moderna y contemporánea ha dado muchas vueltas. Con ello intento aludir y recalcar la representación de lo sensible en cuanto a la expresión de los tiempos. En plena era postmoderna todo y nada puede denominarse arte o bello y no necesariamente al mismo tiempo. Hablamos de una época donde ya no se concibe la obra de arte por medio y para un Dios, para expresar los cambios políticos, sociales e industriales. Ya no es mera propaganda. Se trata de todo eso, y más importante aún, del hombre como entidad sensible que imita la naturaleza y crea (construye) desde la razón y lo sensible. Por consiguiente, nos parece pertinente preguntarnos si necesariamente hay o no hay belleza y, de ser así, por qué no deja de ser arte.

Inseguridad o vergüenza. ¿Para quién nos desnudamos?

Entre mi grupo de colegas de la Universidad se desató una discusión sobre las fotografías desnudas. Discusión en la que, claro está, estaba (involuntariamente) involucrada. Del pequeño grupo de 10 que somos en el curso soy la única que posa desnuda y esto, tomando en cuenta que se ha convertido en un estilo de vida. Por muchos he sido criticada, otros simplemente respetan lo que hago alegando que “nunca posarían desnudos, por muy profesional que sea el artista”. Francamente, entiendo a las personas que no lo harían y con ello a las que anteriormente se dedicaban a ello y dejaron de hacerlo ¿Por qué estaría mal? pero principalmente, ¿por qué sigue siendo tan criticado?

Existe un tema muy importante en relación al cuerpo y que he expuesto como tema principal de mi investigación. ¿Es acaso un tema de inseguridad? ¿O se trata de vergüenza? Me parece adecuado diferenciar inseguridad de vergüenza, puesto que uno tiene que ver con la falta de confianza y estima hacia nuestro propio cuerpo; con el poco conocimiento que tenemos de él y de cómo esto mismo nos ha llevado por el camino contrario, sin conocer nuestras particularidades y saber cómo y de qué manera trabajarlas. En cuanto a vergüenza, tiene que ver con lo políticamente correcto según la sociedad, la religión y el Estado. Aunque ambas no sean lo mismo, existe una cofradía entre inseguridad y vergüenza que ha estado abrazada desde hace siglos. Cuando se trabaja con el cuerpo –específicamente con la danza y el modelaje- existen formas distintas de habitar, conocer y ser verdaderamente consciente de él.

Durante mis años de modelaje, yo era una niña de 13 años entrando en la adolescencia. No era para nada consciente de que mi cuerpo estaba cambiando y, asiduamente, me comparaba con las demás chicas de mi edad. Es decir, ¿Por qué yo tengo estas caderas y ellas no? ¿Me veré muy gorda y exagerada? Mi trauma por “ser delgada” afectó gran parte de mi desarrollo y, la verdad, nunca fui gorda pero las academias de modelajes y sus cánones establecidos me insistían en que lo era. Hacía mucho ejercicio y hasta había dejado de comer, llegando a un estado de delgadez que me hizo -en ese momento- reaccionar antes de que fuera demasiado tarde. Cuando se vive este tipo de cosas siempre existirá, de alguna manera, complejos y trastornos con nuestro cuerpo, colocándonos a nosotros mismos en combate con nuestra materia y nuestro ser. Años después había comenzado a hacer teatro y el trabajo con el cuerpo que se tiende a desarrollar me hizo entender de qué no era consciente de mi cuerpo; no lo conocía y para mi sólo era el objeto que llevaba mi alma. Un cuerpo totalmente automático e incapaz de conectarse consigo mismo. El teatro y la danza me ayudaron a comprender todo esto y, con el autorretrato y los retratos al desnudo ha sido una catarsis y sanación de tantos años de ausencia. No les escribe la persona con más amor propio del mundo, ni siquiera quien tiene más estima en sí misma. De hecho, aún es algo que estoy entendiendo y, a pesar de que me sienta cómoda haciendo desnudos. Muchas veces no estoy bien conmigo misma y caigo en huecos, huecos que necesito para retomar mi tesis. Parece fácil hacer desnudos y, francamente, quitarse la ropa es cosa de un segundo, pero paradójicamente no siempre decimos al desnudo o, cuando lo hacemos, tampoco nos sentimos cómodos. Es falso decir que una persona que hace desnudos lo hará siempre y, principalmente, con cualquier persona…

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Ávila Desnuda fotografía y proyecto de: Gerardo Arenas y Génesis Ochoa

La anonimidad.

Gerardo y Génesis no sólo son dos de mis grandes amigos, sino también mis fotógrafos, así como sé que soy una de sus modelos. Con ellos me siento completamente cómoda en cueros y, a decir verdad, conocen mi cuerpo –desde cualquier ángulo- más que cualquier persona con la que he intimado. Por muy mal que esté conmigo misma, ellos han podido hacerme sentir bien y eso no ocurre con muchos fotógrafos (ni siquiera con la gente). Ciertamente, existen experiencias desagradables, otras que pueden pasar desapercibidas. Lo importante es saber para quién nos desnudamos y, sobre todo, para qué. Una vez hice fotos con un hombre cincuentón; su éxtasis e intensidad mientras me fotografiaba me hicieron sentir acosada aunque, seguramente, no era (o si) lo que pretendía. Su dirección fue bastante incómoda porque yo tenía que estar en intimidad conmigo misma mientras él sacaba fotos y decía babosadas. En fin, el trabajo está hecho y, aunque muchas fotografías fueron de mi agrado no escatimé en no volver a repetir la experiencia.

En el marco de las fotografías desnudas existe la anonimidad, para que aquellos modelos que no se sienten cómodos con mostrar sus rostros tengan la opción de ocultarlo. Sin embargo, existe otro tipo de experiencia anónima, que tiene que ver cuando el artista o fotógrafo es quien se mantiene clandestino. Muchas veces asocian el cuerpo “anónimo” con respecto al amante. Pero poco hemos considerado las fotografías íntimas como un anónimo de quién las capturó. Desvestirse o quitarse una prenda ante la cámara, es igual de erótico que una foto completamente desnuda. Cuando el fotógrafo es quien no se nombra se oculta en la fotografía otro tipo de deseo: La incógnita por descubrir quién lo hizo, para qué y con qué fin. Es algo que yo no podría develar a pesar de que he estado en esa posición. Debo mantener al artista oculto, pero, de no ser yo el cuerpo que posa en medio de la intimidad se abriría, sin duda, muchos deseos.

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Las fotografías cuyo artista prefiere permanecer en el anonimato.

Finalmente, muchas modelos han dejado de hacer desnudos, pero no necesariamente se trata de un tema de vergüenza, pero como cada cabeza es un mundo, sería preguntar a cada lienzo que dejó de posar desnudo. Lo cierto es, que al ser la fotografía el registro más exacto de la realidad (a diferencia de la plástica) no podría sentirme avergonzada de que existan fotografías mías desnudas cuando es, en esencia, lo que soy y seré (o fui). Nuestro cuerpo podrá estar en una caja de madera, ser pulverizado o servir de abono. Pero mejor si está desnudo. Así es como lo he reflexionado.

Texto que pertenece a mi autoría e investigación.

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Gracias por todo el apoyo =)

Creo que hay magia en tus desnudos y todo se trata de autoconocimiento. El cuerpo desnudo es algo meramente artístico, es una obra maravillosa.

Muchas gracias, Celf. Hace mucho que no tenía un comentario de ustedes y me alegra que hayan leído este post. Gracias por el apoyo.

Buena investigación, buen tema, excelentes reflexiones, un desnudo es un alma transparente

¡Excelente trabajo, @tefiefranco, entre el ensayo y el estudio crítico. Me parecen muy acertadas tus reflexiones y argumentos teóricos sobre este complejo y polémico tema. La fotografías de tus desnudos son verdaderamente hermosas. Gracias por compartir.

Excelente reflexión a un tema que sigue siendo tabú