La educación sexual empieza por casa

La familia definida como lo aprendimos en la escuela, como la base fundamental de la sociedad, con normas, valores y principios, forman a sus integrantes con creencias y costumbres para la vida.

Es por ello que la educación sexual debe iniciarse en el hogar, ya que según las investigaciones de Freud, la sexualidad infantil es conocida como una condición humana, presente antes del nacimiento. La escuela por su parte, durante la infancia reforzará estos conocimientos, y junto a la familia preparará para los cambios de la adolescencia, que se inician con cambios en la aparición de caracteres sexuales secundarios. Esta etapa es llamada por Freud, la etapa genital, manifestándose con la excitación de la zona genital, tensión que provoca necesidad fisiológica sexual y excitación psicológica. Es por ello que la familia tiene unos roles específicos en cuanto a la educación sexual, entre los que destacan:

• Desarrollar la identidad de género
• Promover la equidad de género
• Promover la interacción con modelos y patrones sobre la sexualidad, relaciones de pareja, maternidad y paternidad.
• Educar sobre las funciones en el proceso de fecundación, embarazo, parto, lactancia y atención a los hijos

En este sentido, la familia debe estar siempre vinculada en consonancia con las necesidades de sus integrantes. Aun cuando en el nivel de bachillerato se trabajará con educación sexual, es responsabilidad de ésta que la iniciación de los adolescentes sea una experiencia con conocimiento, mas que por curiosidad y en los tiempos apropiados.

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