Me hubiese gustado ver el final, pero no tenía fuerzas para soportarlo.
Finalmente tomé algo de valor para ponerme de pie entre el público y retirarme cojeando.
Cólera, nostalgia e impotencia vinieron conmigo...aún permanecen aquí, intentando arreglar el desorden que tú dejaste.
Más bien, intentando deshacerse de los espacios en blanco, de las falsas ilusiones, las tiernas mentiras, los dulces engaños y así, ya sabes, los sentimientos y discursos que no fueron más que borradores muy bien elaborados.
Ilusa de mí, que no noté antes que todo era parte de un gran espectáculo.