La nieta de Trini

• ¡Aquí me tienes!, has intentado abusar de mí y eso te va a salir caro. ¿Acaso no sabes quién soy?

• Si, lo sé. Ha sido todo un malentendido…

• Si… un malentendido…Veo que pintas cuadros, quiero que nos pintes, quiero que mientras lo haces sientas pánico, terror…Quiero que te sientas un ser frágil por una vez…

• De verdad… yo solo tropecé…

• Yo no lo creo así…

Trini, una cantaora y empoderada mujer andaluza paseaba por la casa de Julio observando todas sus obras de arte, entre sus manos portaba un cuchillo y junto a ella había otra mujer con una guitarra.

Ambas habían seguido a Julio Romero de Torres hasta su casa tras protagonizar un leve altercado callejero, tras lo cual, habían decidido darle una lección al hambriento macho.

• Esto es lo que vamos a hacer…tú nos vas a dibujar, nos vas a inmortalizar como lo que somos, mujeres fuertes y poderosas, cuando veamos el resultado decidiremos qué hacer contigo.

Trini se quitó la ropa, se tumbó sobre una cama y permaneció inmóvil con el cuchillo en su mano derecha, tratando de conservar un tono amenazante al mismo tiempo que sensual.

• ¡Comienza a dibujar!!!

Julio se sentía confundido, estaba excitado y asustado a partes iguales, no sabía cuál sería el resultado de todo aquello, de manera que decidió concentrarse y tratar de reflejar la realidad de lo que estaba viviendo de la manera más fiel posible.

Fuente

En 1929, el cuadro “La nieta de la Trini”, estaba finalizado. Ambas mujeres contemplaron el cuadro llegando a enloquecer debido al enorme realismo que Julio conseguía otorgar a cada uno de sus trazos.

Finalmente decidieron dejar la cosa así y marcharse, creían que ya Julio había entendido que con una mujer no se jugaba y que se le debía el máximo respeto.

Esa misma noche, algo que parecía incomprensible sucedió. El cuadro se hizo vivo, Trini y su amiga salieron del lienzo, se acercaron a Julio y le quitaron la ropa mientras lo amenazaban con el cuchillo, ambas muchachas comenzaron a frotarse con el cuerpo del artista de forma cada vez más intensa, mientras lo tocaban, lo lamían e incluso lo mordían.

Parecía enormemente placentero, pero, la intensidad se comenzó a incrementar de tal manera que trató de zafarse hasta en varias ocasiones, todo fue en vano, la sangre saltaba de su cuerpo y cada vez sentía más dolor, hasta que finalmente…despertó.

Todo había sido una pesadilla, se levantó empapado en sudor, nervioso, alterado, parecía que el mensaje que le había transmitido Trini le había calado tan hondo que había provocado esos oscuros sueños en su cabeza.

Julio Romero de Torres fue un artista cordobés que llegó a escandalizar a la sociedad, debido a los realistas cuadros en los que retrataba a la mujer andaluza como símbolo erótico, al tiempo que fuerte y poderoso.

Otros cuadros vivientes:
I: La Gioconda
II: El sueño
III: Danae
IV: Desnudo n.º 1
V: El origen del mundo
VI: El gran masturbador
VII: Gebeugter Akt
VIII: La pesadilla
IX: La maja desnuda
X: Hombre de Vitrubio
XI: El sueño de la esposa del pescador

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