LA NOTICIA
El cuarto mes del año empezó este domingo, y, al parecer, con él también podría comenzar lo que muchos expertos denominaron como “guerra comercial”, luego de que China finalmente anunciara su respuesta a los nuevos aranceles que Estados Unidos impuso a la importación de acero y aluminio.
ESPERA, RETROCEDE
Un mes atrás, el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sorprendió a muchos con el anuncio de nuevas tarifas arancelarias a la importación de acero y aluminio, algo que, según el magnate, busca proteger a la industria siderúrgica nacional del aparente “abuso” que países como China estarían aplicando.
A NADIE LE GUSTÓ
Tanto la bolsa como el mercado internacional rechazaron la decisión de Trump. El índice S&P 500, que reúne las acciones de las compañías más importante de Estados Unidos, cayó –1,33% tras el anuncio, y las reacciones de aliados históricos del gigante norteamericano, como la Unión Europea, no se hicieron esperar; los impuestos a la importación de productos estadounidenses en otros países pronto empezaron a hacer su aparición.
PERO AÚN FALTABA CHINA
A pesar de que el principal objetivo de la medida proteccionista de Trump era precisamente China (el cuarto país en importación de acero a EEUU), el gigante asiático no había reaccionado aún, aunque ya se anticipaba una fuerte respuesta.
¿ENTONCES?
El domingo 01 de Abril el Ministerio de Finanzas chino anunció la imposición de aranceles comerciales a 128 artículos procedentes del país norteamericano, con 15% a la importación de frutas y otros productos básicos, y 25% sobre la carne de cerdo y sus derivados.
¿ASÍ QUE COMENZÓ LA GUERRA?
Numerosos expertos afirman que el conflicto empezó con el anuncio de Trump, quien, por cierto, ya había afirmado en una ocasión que las guerras comerciales son “buenas y fáciles de ganar”, pero la posición de Pekin es mucho más pacifica.
EN FIN
China ya había advertido a EEUU sobre la medida económica, que busca balancear el escenario, por lo que no fue una sorpresa, y aunque el país asiático pide arreglar el asunto sin llegar a una guerra comercial, queda por ver si Trump aceptará el contraataque de manera pacífica, algo que, sabemos, es muy poco probable.
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