¿Juzgar... o no juzgar?

in christianity •  7 years ago 




Juzgar según RAE tiene varios significados, uno de ellos es:


-
         
Dicho de la persona que tiene autoridad para ello: Deliberar acerca de la culpabilidad de alguien, o de la razón que le asiste en un asunto, y sentenciar lo procedente.


Palabra clave: Autoridad.
 
Para tener autoridad en algo tienes que estar encima de ello. ¿Quién de nosotros puede decir que
 
tiene la noción perfecta de todas las cosas en las cuales se requiere una postura firme, la única que es la verdadera? ¿Hay varios ¨puntos de vista¨ o hay una autoridad que traza una línea en la cual se basan todas las demás cosas de la vida? 
               
Si hay varios puntos de vista, no hay autoridad, a no ser que todos los puntos de vista diferentes coincidan el uno con el otro. Si hay dos puntos de vista diferentes y cada uno reclama la autoridad, da lugar a la confusión y al relativismo, por lo tanto abre la puerta a otro punto de vista diferente, ya que no hay una sola autoridad según la cual todas las cosas se juzguen. 


               
Otro
 
significado de la palabra juzgar es:


-
         
Formar opinión sobre algo o alguien.


Este segundo significado depende totalmente del primero ya que para formar una opinión sobre algo o alguien es necesario tener una base sobre la cual juzgar.Este significado de juzgar es el que está al alcance del ser humano y tiene que ver con evaluar la situación conforme a la autoridad mayor y la base que esa autoridad estableció como guión de la verdadera realidad. 

               
Según Juan 8:15,16 Cristo menciona los dos significados de ¨juzgar¨. 


¨Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie.
Pero si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yoy el Padre que me envió.¨

Los fariseos cuestionaron la veracidad de las palabras de Cristo acerca de quién era. Cristo en su vida terrenal hacia cosas y hablaba con toda autoridad, hecho que irritaba a las autoridades humanas. Algunos versículos anteriores Cristo había confrontado a los líderes religiosos con la realidad al mostrarles que por más que eran maestros de la ley, no eran cumplidores de ella, por tanto no tenían la autoridad para aplicarla en la vida de otros. Ellos no solo que se tomaron el derecho de juzgar a la mujer adúltera según sus criterios sino que también se tomaron la autoridad de condenarla y castigarla con la muerte según la ley que ni siquiera ellos podían cumplir. 
               
Los fariseos como muchas personas hoy en día se olvidan o niegan esta gran realidad:


Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz;
ya que la mente puesta en la carne es enemiga de Dios, porque no se sujeta a la ley de Dios, pues ni siquiera puede hacerlo, y los que están en la carne no pueden agradar a Dios. Rom. 8:5,6
               
La carne es contraria
 
a la ley de Dios, ¿cómo se puede juzgar justamente según tal criterio? Cristo que conocía la debilidad de los fariseos y que su juicio estaba afirmado en una base pobre, una base que no tenía nada que ver con la justicia de Dios. Es impresionante ver la actitud de Cristo de amor hacia los dos lados, hacia la mujer por no haberla condenado según la justicia y la autoridad que tenía para hacerlo, pero también el amor hacia los fariseos en mostrarles que había en su corazón y lo necesitados que estaban de conocer la verdad. 
Cristo, con toda autoridad, cumplidor y autor de la ley, apoderado por su padre asombra en su respuesta: ¨Yo no juzgo a nadie¨. Me hace recordar el propósito por el cual vino a esta tierra:


¨Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.¨ Juan 3:17


Cristo como autoridad suprema para juzgar y condenar, juzga al mundo según su amor. Y su amor muestra a un mundo ya condenado por la carga del pecado y un mundo necesitado de ese amor y la salvación por la sangre de Cristo. 

Para poder ser capaces de tener un concepto claro de la realidad y para poder juzgar correctamente necesitamos entender:


1.
      
Dios es la autoridad y la única base sobre la cual se juzgan las demás cosas. 

¿Quién puede impartirle a Dios conocimientos,
si es él quien juzga a las grandes eminencias? Job 21:22


Dios está sobre toda autoridad y sobre toda ley, por tanto tiene el único punto de vista correcto sobre todas las cosas. Él le ha entregado a Cristo esta autoridad. 


Entonces Jesús afirmó:
Ciertamente les aseguro que el hijo no puede hacer nada por su propia cuenta, sino solamente lo que ve que su padre hacer, porque cualquier cosa que hace el padre, la hace también el hijo.
 
Pues el padre ama al hijo y le muestra todo lo que hace. Sí, y aun cosas más grandes que éstas le mostrará, que los dejará a ustedes asombrados. Porque así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a quienes a él le place.
 
Además, el Padre no juzga a nadie, sino que todo juicio lo ha delegado en el Hijo, para que todos honren al Hijo como lo honran a él. El que se niega a honrar al Hijo no honra al Padre que lo envió. Juan 5:19-23


Que maravilloso saber que el Padre le ha dado toda la autoridad al Hijo para juzgar y saber que el Hijo juzga según su inmenso amor, y se complace en dar vida a los que tanto la necesitan, a los perdidos, ya condenados, sin esperanza, a cada ser humano. Él se complace en salvar a los pecadores y limpiarlos con su sangre, perdonar y restaurar al caído, amar y enseñar a amar y juzgar las cosas según este amor.
               
2.
      
Entender que dependemos de esta autoridad para ver las cosas como El las ve. No podemos hacernos un punto devista sobre alguna cosa en nuestra vida que no pase por el filtro de la autoridad única y máxima que es Dios el Padre y Dios el Hijo. 

Los que no conocen a Dios tienen ¨varios puntos de vista¨ sobre las ¨varias realidades¨ que están viviendo. No hay otra realidad que una sola, LA REALIDAD DE DIOS y si no comprendemos esta verdad no podemos ver las cosas claramente.
Como cristianos conociendo LA REALIDAD del amor de Cristo y teniendo su Espíritu dentro de nosotros somos capacitados para entender y juzgar todas las cosas a través
 
de Cristo. Para esto, necesitamos conocer cada día más a este Cristo y dejarnos contagiar de Su pasión y amor hacia las personas.
 
 


El que no tiene el Espíritu no acepta lo que procede del Espíritu de Dios, pues para él es locura. No puede entenderlo, porque hay que discernirlo espiritualmente. En cambio, el que es espiritual lo juzga todo, aunque él mismo no está sujeto al juicio de nadie, porque
¿quién ha conocido la mente del Señor
para que pueda instruirlo?
Nosotros, por nuestra parte, tenemos la mente de Cristo. 1 Cor. 2:14,15
                                                                                                                   

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