El libro de Hechos fue escrito por Lucas aproximadamente en el año 60 d.C. quien era amigo cercano de Pablo, compañero de viaje y su médico personal, lo que hizo que fuera testigo ocular de muchos de los acontecimientos registrados en este majestuoso libro.

Este tratado, como él mismo lo llama, es una continuación del Evangelio de Lucas, el cual, también es dirigido a Teófilo, y aunque originalmente no tenía nombre, con este título siempre se añade “de los apóstoles” para describir la historia de los apóstoles, principalmente de Pedro y Pablo, pero que en realidad es una clara evidencia de los “Hechos del Espíritu Santo a través de los Apóstoles” sin el cual, sin su llenura, capacitación, fortaleza y poder, nada de lo que está ahí escrito, se pudo haber realizado.

El libro comienza suministrando evidencias contundentes de la resurrección y ascensión de Cristo al cielo:

Durante los cuarenta días después de que sufrió y murió, Cristo se apareció varias veces a los apóstoles y les demostró con muchas pruebas convincentes que él realmente estaba vivo. Y les habló del reino de Dios.
Una vez, mientras comía con ellos, les ordenó: «No se vayan de Jerusalén hasta que el Padre les envíe el regalo que les prometió, tal como les dije antes. Juan bautizaba con agua, pero en unos cuantos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo»
Así que mientras los apóstoles estaban con Jesús, le preguntaron con insistencia:
-Señor, ¿ha llegado ya el tiempo de que liberes a Israel y restaures nuestro reino?
Él les contestó:
-Solo el Padre tiene la autoridad para fijar esas fechas y tiempos, y a ustedes no les corresponde saberlo; pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes; y serán mis testigos, y le hablarán a la gente acerca de mí en todas partes: en Jerusalén, por toda Judea, en Samaria y hasta los lugares más lejanos de la tierra.
Después de decir esto, Jesús fue levantado en una nube mientras ellos observaban, hasta que ya no pudieron verlo. Mientras se esforzaban por verlo ascender al cielo, dos hombres vestidos con túnicas blancas de repente se pusieron en medio de ellos. «Hombres de Galilea —les dijeron—, ¿por qué están aquí parados, mirando al cielo? Jesús fue tomado de entre ustedes y llevado al cielo, ¡pero un día volverá del cielo de la misma manera en que lo vieron irse!». (Hechos 1:3-11)

Fue Jesús quien les dio instrucciones y mandamientos de la obra que llevarían a cabo los apóstoles que él había escogido por medio del Espíritu Santo, transfiriendo su ministerio a los apóstoles, y recordándoles la promesa de que recibirían poder cuando llegaría sobre ellos el Espíritu Santo, esto con el fin de Testificar de Cristo, que en griego significa “Mártir - El que muere por su fe” porque este era casi siempre el precio que se pagaba por dar testimonio de Jesús, dar hasta sus propias vidas. La ascensión de Cristo en una nube, fue la manifestación visible de la gloria de Dios, y nos recuerda la divina Shekinah de Éxodo 40:34.

Sin duda, el énfasis del libro se encuentra en el día que se celebraba la Fiesta del Pentecostés, donde se ofrecían las Primicias, simbolizando la llegada del Espíritu Santo como Primicia de la Herencia del Creyente. En su manifestación se emplea el Símil de “Viento Fuerte” y “Como Lenguas de Fuego” siendo esto de carácter simbólico y demostrando el cumplimiento de Mateo 3:11.

Este día es tan importante, debido a que marca el inicio de la Iglesia Primitiva, al ser investidos con Poder por el Espíritu Santo para cumplimiento de la profecía del v. 1:8 de que “Recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” lo cual, marca la estructura de libro y el sentido del mensaje, cambiando drásticamente la historia del mundo al permitir la expansión del evangelio a cada rincón de la tierra, comenzando en Jerusalén con Pedro, luego a los judíos en Judea, luego en Samaria con Felipe, y luego con Pablo se cumple el “hasta lo último de la tierra” con los gentiles.

Además, con los creyentes al ser Llenos del Espíritu Santo, se marca el cambio del ungimiento externo de las personas en el antiguo testamento, para pasar a morar continuamente el Espíritu Santo en nuestro interior, para redargüirnos, guiarnos, enseñarnos y ser instrumentos de Dios en la tierra. También se forma una transición del antiguo pacto al nuevo pacto, de Israel como nación testigo de Dios, a la Iglesia de Cristo como pueblo testigo de Dios.

Después de la venida del Espíritu Santo, el principal acontecimiento de la historia de la iglesia es el primer discurso de Pedro, que da inicio a la primera predicación del evangelio y fundación de la Iglesia Cristiana, donde se cumple en parte la profecía de Joel 2:28-32 (su totalidad será en el reino del milenio).

Pedro lleno del Espíritu Santo, declara como nunca antes y de una forma poderosa a Jesús como el Mesías. Es aquí donde vemos cumplirse las palabras de Jesús en Mateo 16:18-19, donde declara a Pedro como una pequeña piedra que participaría en la constitución de la Iglesia de Cristo, dándole las llaves del Reino, que no es más, que el privilegio de ser la primera persona en predicar el evangelio luego del pentecostés, permitiendo la entrada en el reino de Dios, a todos los que reciben el mensaje de salvación, convirtiéndose y bautizándose más de 3 mil personas con su extraordinario sermón. Esto demuestra las grandes cosas que Dios puede hacer en las vidas de cualquier creyente, cuando son llenos del Espíritu Santo.

A partir de ese momento se refleja el crecimiento acelerado de la iglesia de Cristo, que de un pequeño grupo de 120 personas descritas en el v. 1:15, pasa a ser de muchas iglesias en tres continentes, en los 30 años que cubre el relato bíblico del libro de los Hechos. La historia narra como todos los creyentes tenían en común todas las cosas, vivían en constante oración y comunión, con alegría y sencillez de corazón, haciendo grandes milagros y prodigios, y la doctrina de los apóstoles era impartida para el crecimiento y madurez de los creyentes, fortaleciendo al lector para el crecimiento espiritual. Esto trajo como consecuencia la persecución y el asedio por parte de los líderes judíos a los discípulos, como es el caso del arresto de Pedro y Juan, y el arresto y muerte de Esteban, sin embargo, estos actos no los atemorizó o desanimó, sino que más bien les aumentaba su fe y los vivificó, confirmando por completo el control soberano de Dios en toda circunstancia, lo cual incluía sus sufrimientos.