Una luz brillante penetraba los parpados de Vic, era casi imposible abrir los ojos, se llevó las manos enfrente de su rostro y procuró abrirlos lentamente; un sonido ensordecedor de miles o quizás millones de voces se escuchaba al unísono, poco a poco su vista se fue acostumbrando a la luz brillante; estaba allí, parado entre millones de personas en algo que parecía una oquedad inmensa como si dentro de un balón inmenso se encontrara; personas vestidas de blanco se perdían un horizonte que parecía elevarse dentro de la cavidad, miró al cielo o lo que parecía ser el cielo, quizás para verificar si habían personas sostenidas por alguna extraña propiedad gravitatoria, pero no fue así, solamente una potente luz que parecía no emitir calor; pudo ver otras personas también cegadas por la luz pasando por las mismas pericias que él hace algunos momentos, todos vestían atavíos blancos con una especie de cinturón de tela dorada, he hecho en todo el lugar predominaba el color blanco y trazas de dorado, incluso el suelo parecía de un mármol blanco con vetas de oro.
De pronto comprendió donde se encontraba… he iba a pronunciar algunas palabras cuando una voz proveniente de todos lados, lo suficientemente fuerte para escucharla, pero suave para no molestar, daba con tono de autoridad las bienvenidas a lo que él se refirió como la entrada a una nueva vida: Dirigió su vista lo que él otros les seria valido y lógico, hacia el cielo, solo pudo observar unas difusas siluetas blancas y doradas moviéndose suavemente, su tamaño era descomunal.
La voz que Vic escuchó, no quiso darle nombre a su dueño, este procedió a explicarles que dentro de poco una luz dorada más potente los iluminaría y sus recuerdos pasados serian borrados para siempre, que solo así podrían acceder a esa nueva vida. De pronto su mente recordó su último momento de vida, postrado en una cama con una enfermedad terminal donde todo se oscurecía poco a poco hasta perder la conciencia. Empezó a recordar su vida pasada, sus momento felices y tristes, haber conocido a su esposa… a Marlie, sus hijos, los recuerdos del colegio, de la escuela, de las veces que su padre lo llevaba a los juegos de pelota, hasta remembrar sus primeros recuerdos de vida, y de ahí todo en blanco, sabía perfectamente que los bebés no recuerdan esos primeros días y dio un suspiro de nostalgia.
Un fuerte sonido de trompetas resonó por todos lados, dando aviso seguramente a que pronto sus recuerdos serian borrados por la luz dorada. Vic cerró los ojos y se puso a pensar que si esa no fuera la primera vez que esto ocurría, ¿Cuántas veces sus mentes han sido borradas para entrar a esa nueva vida?, elevó su vista al cielo y quiso ver algo más, alguna explicación…
Una luz dorada a manera de relámpago bañó a todos….
Vic, despertó cegado por una luz brillante.