Las drogas psicodélicas son agentes químicos que actúan sobre el sistema nervioso central cuya principal acción consiste en alterar la cognición y la percepción de la mente, dando lugar a percepciones no ordinarias, generalmente consideradas ilusiones o alucinaciones.
Ahora se ha descubierto que, además de estas alteraciones psicológicas, las drogas psicodélicas también alteran las células cerebrales en ratas y moscas, haciendo que las neuronas tengan más probabilidades de ramificarse y conectarse entre sí.
David Olson, de la Universidad de California en Davis (EEUU), y su equipo, probaron tres drogas psicodélicas concretas, LSD (también conocida como ácido), DMT (N-DIMETILTRIPTAMINA) y DOI (2,5-Dimethoxy-4-iodoamphetamine) en ratas y moscas. Las tres incrementaron el crecimiento de nuevas conexiones en el cerebro, ambas en células aisladas y en animales vivos.
"La gente siempre ha supuesto que los psicodélicos son capaces de alterar la estructura neuronal, pero este es el primer estudio que apoya clara e inequívocamente esa hipótesis. Lo que es realmente emocionante es que los psicodélicos parecen reflejar los efectos producidos por la ketamina ", explica Olson, en un comunicado de la citada universidad.
Eficaces contra la depresión
El trabajo, publicado en la revista Cell Reports, respalda la teoría de que los psicodélicos podrían ayudar a combatir la depresión, la ansiedad, la adicción y el trastorno por estrés postraumático.
La idea de que la depresión proviene de la química cerebral desequilibrada sigue siendo popular, pero estudios recientes han revelado que la depresión se manifiesta como cambios estructurales en los circuitos cerebrales o atrofia en partes del cerebro.
Esto no significa que las neuronas mueran durante la depresión, pero las neuritas sí se retraen. Las neuritas son las secciones (axones o dendritas) de una neurona que se proyectan para cerrar la brecha entre dos neuronas durante la sinapsis (conexiones entre neuronas) para facilitar la comunicación.
"Una de las características de la depresión es que las neuritas de la corteza prefrontal, una región clave del cerebro que regula la emoción, el estado de ánimo y la ansiedad, tienden a marchitarse", explica Olson. Estos cambios cerebrales también aparecen en casos de ansiedad, adicción y trastorno de estrés postraumático.
En su artículo, Olson y sus colegas probaron los psicodélicos de las anfetaminas conocidas como triptamina y ergolina. Tanto en tubos de ensayo como en experimentos con animales, los psicodélicos mostraron cambios funcionales y estructurales como los promovidos por la ketamina en las neuronas corticales. La ketamina es una droga usada en medicina por sus propiedades sedantes, analgésicas y sobre todo, anestésicas.
Los psicodélicos aumentaron tanto la densidad de las espinas dendríticas como la densidad de las sinapsis. Algunos psicodélicos probados, incluido el LSD, demostraron ser más potentes y eficaces que la ketamina para promover el crecimiento de las neuritas.
Los investigadores no hicieron ningún experimento humano, pero los experimentos en vertebrados e invertebrados mostraron que los psicodélicos producían efectos similares en todas las especies.
Medicamentos inspirados en psicodélicos
Esto indica que los mecanismos biológicos que responden a los psicodélicos se han mantenido igual a lo largo de eones de evolución y que los psicodélicos probablemente tendrán los mismos efectos de crecimiento cerebral (plasticidad neuronal) en los humanos.
Olson cree que identificar las vías de señalización activas en los cambios cerebrales inducidos por psicodélicos ayudará a futuras investigaciones a identificar compuestos que podrían desarrollarse para tratamientos de la depresión.
"Si comprendemos completamente las vías de señalización que conducen a la plasticidad neuronal, podríamos apuntar a nodos críticos a lo largo de esas vías con medicamentos que son más seguros que la ketamina o los psicodélicos", dice Olson.
Aunque la mayoría de los psicodélicos no se consideran adictivos de la misma manera que la cocaína, sí producen alucinaciones. Olson no espera que los psicodélicos se conviertan en medicamentos recetados para la depresión, "pero un compuesto inspirado en los psicodélicos muy bien podría funcionar".