THE BLACK PANTHER STRIKES AGAIN

in cine •  7 years ago 

Película Black Panther (2018) Director Ryan Coogler, Protagonistas: Chadwick Boseman, Lupita Nyong'o, Danai Gurira

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Levantaron sus manos izquierdas enguantadas en negro al momento de recibir sus medallas. Se llamaron Black Panthers o Panteras Negras y formaron parte de un movimiento social de protesta que defendían, entre otras cosas, los valores de ser negro o eso que se ha llamado “cultura negra”. Corrían los años 60’s y los juegos Olímpicos servían de excelente escenario. Eran tiempos de protesta y de lucha por los derechos “civiles”, como los llaman los gringos, a lo que en realidad son Derechos Humanos. El “black is power” de ese entonces parecía encaminarse a reivindicar con absoluta honestidad la herencia africana de quienes buscaban ser considerados seres humanos a la par de todas las demás razas de la Tierra. Las cosas no han marchado así y el “black’s beauty” se ha convertido en una sátira diferenciadora de llena de íconos, que si bien tienen razones honestas de ser, son, a la vez, paredes aislantes de convertirse en parte positiva de la sociedad.

Tendría como 12 o 13 años cuando mi padre viajaba con frecuencia a Puerto La Cruz, una ciudad petrolera, donde había una librería que vendían libros, revistas y otras cosas importadas desde Estados Unidos. Entre ellas había un exhibidor giratorio donde se mostraban muchas revistas de comics. Casi todos eran de Marvel. Ahí empezó mi fanatismo por los superhéroes y los comics. Aún hoy, ya pasados los 50, sigo siendo fanático, adoro las obras del italiano Milo Manara, del francés Moebius o de su compatriota Francois Bourgeon, el trabajo europeo del chileno Jodorowsky y también de muchas de Stan Lee, icónico autor del universo Marvel. Recuerdo a Thor, a Spiderman, y otros pero no recuerdo para nada a Black Panther y, si estaba su revista, seguro que no la hubiera comprado. Siempre me pareció, como me parece hoy, que la protagonización de alguien de la raza negra en alguna obra, es como un hito obligado, es como nice, como chévere, no estar excluido en eso de no ser racista. Y, por lo general, las historia con protagonistas negros se parodia, no hay honestidad ni originalidad, valores necesarios para hacer del arte arte y no importando cuan comercial sea.

Con Black Panther, Marvel logra quizás el mejor film de la saga de Avengers y una de las mejores películas desde que es parte de Disney. Estuve un tanto reacio a ver la película. Cuando me enteré de la realización de la misma, me preparé a ver hombres y mujeres negras con el estereotipo del negro gringo. Es decir, mucho hip-hop, mucha soberbia, mucho músculo. Mujeres de cabello alisado artificialmente con estéticas operaciones nasales, escotes pronunciados, grandes traseros, siempre defendiendo a su hombre (he’s my man, baby). Hombres con extraños cortes de cabello, tatuajes, oro colgando del cuello y vanagloriándose de la sumisión de sus perras negras. Denota complejo de inferioridad sobre el logro o alcance de igualdad frente a la sociedad WASP. Sin embargo, unas semanas atrás tuve la suerte de leer un educador artículo aparecido en The New York Times sobre el vestuario utilizado en este film. Una concepción novedosa de la señora Ruth E Carter, responsable de la realización de un vestuario digno de una sociedad avanzada como la que se pretende es Wakanda. Pero es africana, es negra, es simbólica y nada occidentalizada o caricaturizada. En la revista Vogue, España, dice: “Las marcas de cheurón en la armadura del clan guerrero íntegramente femenino conocido como Dora Milaje, por ejemplo, imitan la geometría sagrada e imaginería que puede encontrarse en obras de arte africanas. Los abundantes abalorios sugieren el estado marital de quien la lleva, y los pequeños talismanes en la parte frontal del tabardo de las guerreras (una muñeca de fertilidad, o quizás una pieza de jade o amatista) simbolizan las habilidades y espiritualidad de su portadora. “Imaginé que habría artesanos especiales a cargo de crear la armadura de las Dora Milaje en Wakanda”, aclara Carter.

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Sobre otro personaje declara: “Toma el ejemplo de la reina Ramonda, interpretada por Angela Bassett”, señala Carter. “Ella es la líder de una nación adelantada a su tiempo que tiene mejor tecnología que ninguna otra, así que su vestuario tenía que ser grandioso”. Su manto para los hombros está fabricado con fibras especiales unidas en la impresora 3D más grande del mundo, en Bélgica. Su corona, otra proeza tecnológica, “tenía que ser totalmente cilíndrica de tal manera que, al contrario que los uniformes a mano de sus fuerzas armadas, sobresaliera por su absoluta perfección”.
Visto así el nivel de dedicación, profesionalidad e innovación, Black Panther refleja necesariamente ese increíblemente respetuoso acercamiento a una cultura inventada pero ciertamente africana.

Los superhéroes de Stan Lee, son notables creaciones mucho más profundas que la simpleza de una “comiquita” con la cual algunas personas menosprecian una de las obras más grandes e interesantes del arte contemporáneo. Stan Lee merece ser considerado un influenciador de las artes, las mentes y la imaginación. Hay zonas del genial autor norteamericano que se repiten en otros autores o empresas –caso DC-. Por ejemplo, cuando existe un pueblo diferente al terrestre entonces es un reino. Un pueblo regido por un rey o reina, con un séquito, un palacio, una guardia pretoriana y siempre es un líder amado y respetado por su pueblo. Así vemos en la Thor de Lee inspirada en la mitología nórdica, o Wonder Woman y Aquaman inspirados en la mitología griega reinados similares y casi todos reflejo ¿no intencional?, del Rey Arturo y la Mesa Redonda. Sus ciudades son espectaculares obras arquitectónicas donde la altura de sus edificios y torres, lujosos palacios y amplísimos salones son comunes en una como en las otras historias. Es obvia la influencia de Nueva York en la cosmogonía de Lee, las calles, plazas y avenidas así como sus edificios se reflejan en la concepción de las ciudades-reinos de sus historias. Pero en Black Panther las cosas cambian de manera radical y se agradece.

El reino de Wakanda, el escenario de la película, muestra una ciudad construida bajo un concepto de integración con el medio ambiente, sin contaminación, con una limpieza que molesta por su cuasi asepsia. Tecnología heredera de Star Trek o quizás más avanzada aún. Pudiéramos analizar un montón de incongruencia en cuanto a una sociedad totalmente ajena al mundo normal de hoy, como por ejemplo como un solo mineral exclusivo de ese reino pudo ser origen de tanta maravilla sin la inteligencia científica de sus habitantes, parecieran autodidactas... pero sería caer el ridículo de creerse superior en un análisis sin objetivo para con lo que la película dice.

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El respeto por la cultura africana es inmenso, mucho más que los defensores de eso que hoy se llama afrodescendencia. Eufemismo divisorio muy utilizado por los izquierdistas para dividir y aprovecharse de las debilidades de la gente. Me parece una gran película, me parece una interesante puesta en escena, me parece que así como se pudiera creer en una civilización más avanzada que la nuestra habitando secretamente en este planeta nuestro, pudiéramos defender honesta y originalmente aquellas civilización no escondidas, destruidas por la civilización occidental como fueron la Incaica, la Azteca, la Maya o, incluso, la generada por la unión de todas ellas más las europeas como es la nuestra.

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