Lugares Mágicos / Devuelta al Circo

De niño junto a mi hermano tuvimos la fortuna de ir a un circo pobre, de barrio humilde; gracias a una tía querida que visitaba cada cierto a mami; en una visita, le conté todo emocionado que yo quería conocer un circo; un amigo de juegos, dijo que había un hombre que se convertía en fuego; y además que una bella mujer era traspasada por una espada.

Pero, luego regresaba completa cuando acaba el show y salía del cajón; eso me tenía intrigado. Estaba cerca mi cumple y nuestra tía, hizo un trato conmigo; nos llevaba al circo, pero luego le ayudaríamos en su trabajo; en aquellos entonces ella junto a su esposo hacían blocks en tamaño carta, en el área de producción papelera.

Gracias a esa experiencia, muy temprano aprendí a salir de casa a trabajar, su esposo terminó pagando las horas que les ayude y les dije que volvería, les gusto la iniciativa. Ayer domingo volví al circo; los chicos no tienen en cuenta el nombre de la carpa, se fijan en los malabares, en los shows de los diversos artistas, de adulto digo: ¡donde está el truco?

Los chicos menores de 12, todo se lo creen; claro sin querer quitar el mérito y las largas horas de entrenamiento de cada show que tienen los artistas; lo que más destaca mi mente es la sincronicidad del trabajo en equipo, hay movimientos que les resultan perfectos. Lo bello del circo es que los chicos llegan a sus hogares e inician a practicar ciertos números.

Por mi parte aún tomó dos maderos, o dos pelotas o dos cucharas y las lanzó al aíre, hasta lograr con una sola mano mantener la concentración. Eso lo aprendí en el circo. Estaba en estos bellos recuerdos, haciendo la fila para el ingreso; y me fijé en un grupo de primos, niñas y niños de sectores humildes de la localidad donde vivimos.

No pararon de hablar, no habían asistido al circo; exageraban, con el hombre bala, o con la mujer malabarista que se sostenía en el hilo de una telaraña. Algunos rompieron la alcancía de muchos meses, otros ayudan a sus padres a fabricar lo que venden ocasionalmente. La magia brillaba en sus palabras y en sus ojos. Recordé un bello cuento, del reencuentro de un papá con su hijo mayor.

Se habían distanciado, y al reencontrarse, se dijeron vamos al circo solos y volvamos a los tiempos de mi niñez; pero al estar en la fila, vieron a una familia en la algarabía antes mencionada; al llegar a la taquilla, les faltaban unos dólares para poder ingresar todos. El padre dijo que él se sacrificaba y los esperaba fuera; pero papá e hijo, con solo una mirada, acordaron donar el faltante para no separar a aquella familia, aquel padre lloró de gratitud.

Ese acto de bondad unió aquel encuentro de amistad entre padre e hijo. -Esa es la magia del circo- no te prives de esta bella experiencia, que quizás no es lógica, pero el alma humana necesita esas experiencias épicas, difíciles de comprender con la razón- Todo circo debe tener: -show de payasos, show de malabaristas, mujeres voladoras en el trapecio; y un presentador jocoso y exagerado. ¡Esas sensaciones todos las necesitamos!