Éstas navidades han variado un poco, ya mi hija tiene un año de edad y ya camina, hace poco fui a visitar a mi hermana gemela a Santiago y me encontré con mi hermana menor y un tío recién llegados de Venezuela, así que me sentí muy a gusto al tener a parte de mis familiares cerca de mí, eso nos da fuerza y fortaleza. Regresamos al sur de Chile y la navidad ya estaba montada, la fiesta y el ambiente navideño a flor de piel, fue una emisión grande al ver tantas luces de colores y demás decoraciones por las calles por donde pasábamos, pero a la vez sentí algo de nostalgia en mi corazón al recordar a mi querida Venezuela. Los regalos no se hicieron esperar, quien más obtuvo regalos fue mi hija Miel, por supuesto de sus padres y abuelos, ella estaba que no se encontraba que hacer entre tanta destapadera de cajas con sus regalos, aun es pequeña pero a medida en que vaya creciendo le va a ir sacando provecho a sus juguetes. La noche del 24 de diciembre fue larga, teníamos la televisión encendida viendo las transmisiones de todas partes del mundo, a cada rato teníamos música y luego la cena navideña, esta vez no faltó el pernil y el pavo horneado con bastante hayacas y vino, temprano comimos algunos dulces de frutas, en la madrugada ya cansados dormimos hasta tarde del otro día.
Aún estamos en navidad, tenemos nuestro arbolito decorado y un pesebre que trajimos de Santiago, les deseo a todos unas felices navidades desde el Sur de Chile.
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