Mi Amor Italiano...

En el post del día de hoy cambiaremos drásticamente la temática para hablarles de uno de mis mayores amores, de mi plato culinario favorito y seguramente de muchos de ustedes, la lasaña, o como es bien conocidos en Venezuela: el pasticho. Un platillo que consiste en placas de pasta intercaladas con relleno de carne y cuya capa superior se compone de salsa bechamel y abundante queso rallado que luego de ser llevado al horno queda gratinado.

El nombre lasaña, o lasagna en italiano, proviene del griego “lasanon” que se refiere al cazo o recipiente donde se preparaba esta obra culinaria. Por su parte la palabra “pasticho”, proviene del italiano: pasticcio di lasagne (pastel de lasaña).

Cortesía: gallina blanca.

Existen diferentes variantes de este platillo, dependiendo del la ubicación geográfica donde sea realizado. Estas variaciones van desde verduras brócoli, espinaca, entre otros, así como también se puede realizar con berenjena o calabacín; para el relleno también existen múltiples ingredientes como atún que es característico en las costas, también se realiza con pollo, con carne de vaca o cerdo, e inclusive hasta con morcilla.

Una de sus variantes que es muy conocida y realizada en Venezuela y está entre mis versiones favoritas, es el pasticho de plátano, que se realiza utilizando de base en sustitución de la pasta, tajadas de plátano maduro, y de relleno se puede utilizar desde queso, jamón, carne, pollo, tocino, entre otros, dependiendo de la creatividad y disponibilidad, finalizando con la salsa bechamel y el queso rallado, que en mi opinión, son cosas indispensables en un buen pasticho.

Pasticho de plátano. Cortesía: Caraota Digital.