Lo bonito de estar loca y andar suelta

Hoy me levanté decidida a cambiar el rumbo de mi vida, cuando de pronto me encontré con un apetitoso manjar de pan duro mientras conversaba con él sonaba mi canción favorita por lo que decidí bañarme en el inmenso mar, todos estaban tan tristes por la inesperada partida de ese gran hombre y con ese calor tan abrumador decidimos tomarnos un rico jugo de melón.

Mi abuela, la mejor haciendo torta de res, fan número 1 del pez dorado; no puede ella vivir sin el café ahumado. Dorado el cabello que pegaba de mis chanclas que de regalo me dio una mulata.

Y esa vaca loca que sin descanso leche daba, se resistía a mis serenatas que eran de tarde y no de madrugada.

De acuerdo al rumbo que mi caballo Diego llevaba nos detuvimos un rato a mirar muy despacio, llegando a la conclusión de que el negro y blanco son un solo color y que la sonrisa y el llanto tienen un mismo canto.

Esta vez me lanzaré del paracaídas porque tengo la sensación de caer rendida a tus pies y así me despediré con un pincel de pastel que recuerde siempre mis días.