De pequeño, escuché por casualidad una conversa que hablaba de que, en la vega, yo tenía una andadera grande de madera. No me acuerdo de nada de eso, pero me emocionaba pensar que di mis primeros pasos en la vega.

Queriendo confirmar esa parte de mi niñez, extraviada en valles de oscuridad, me acerqué a mi tío Rafael. Él era tío de mi papá, un anciano de días que nos conocía desde que usábamos pañales.

Le dije:
—Mi tío... usted que me conoce desde que nací, ¿dónde más he vivido yo, aparte de esta casa?

El viejo se inclinó hacia atrás en la mecedora. En su semblante me pareció percibir la alegría de recordar tiempos lejanos, tiempos de plenitud y de fuerza, de claridad y abundancia.

Se deslizó un poco para estar más cómodo. Me preparé para escuchar, sin duda, ese manantial de anécdotas que pocas veces tenía oportunidad de oír.

El anciano abrió su boca y dijo:

—Bueno chico... tú tuvites un tiempo viviendo
en el mondongo e' tu mamá...

---

Mis nominados son: @lauracampos y @generu

al Concurso de humor de ComedyOpenMic .

Créditos del texto: Amaponian Visitor (@amaponian)
Hacer clic en las imágenes para ver la fuente

Introducemyself

Mis tonterías