Comedy Open Mic Espanol - Ronda 16. Un ejemplo de opresión a la mujer: "El Coñito"

Holaaaa a todos.

Nosotras las mujeres somos unos seres desamparados, la naturaleza no ha sido justa con nosotras y la sociedad nos ha impuesto sin preguntarnos estándares y límites para todo. Si es verdad, ya existen muchos movimientos sociales por los derechos de la mujer y batallas vencidas, pero está guerra continua. Por lo pronto les hablare de la naturaleza, esa que nos ha jodido tanto la vida. Cálmense querido público, no se amontonen con dudas, ya les explico, desde mi sabiduría misma:

Todo comienza así: Nacemos y enseguida nos ponen el color rosa, como si fuera el único que existiera. A mí me gusta el negro, ¿porque no me pusieron vestiditos y pañales negros al nacer?, es mi elección no???, claro pero como no había desarrollado mis facultades mentales a temprana edad, era objeto de cuanto lazo y cinta con encajes con tonos pasteles.

Los nombres de niña son siempre de flores, angelicales, de santas, cuando en nuestra genética podemos tener otro origen, quizás reencarno en nosotras una perra de la historia.

Por otra parte, papá nos dice “es la niña de mis ojos”, como si la frase tuviera sentido, yo por ejemplo me sentía culpable de sus problemas oftalmológicos, además de cierto conflicto extraño con él, lo que llaman “complejo de Electra”.

Nos compran muñecas, cocinitas, planchas y cuanta creación doméstica, mientras al niño de la casa le compran carros, yates y aviones. Ósea que nos están diciendo???

Más tarde, nos viene la menstruación, con dolores y cambios de humor, la naturaleza es cruel, y nos hace padecer mes a mes. Si te sirve de aliento, podrás dejar de sufrir de la menstruación solo si gestas el niño del macho que te preño, ese que escogiste sin saber, pensando en cuentos de hada.

Es justo en este proceso cuando nuevamente se ensaña la naturaleza contra ti “y no lo sabes aún”. Todo comienza con una metamorfosis, donde tu cuerpo ya no es tuyo le pertenece “al coñito” que hace su entrada magistral, este crece y toma todo a su paso, desde el aliento hasta el calcio de tus huesitos. Para colmo el “coñito” saldrá, así como llegó-saldrá por el hueco más chiquito, aproximadamente tres kilos y en 50 cms saldrá, vaya crueldad... será con dolor y sufrimiento ya que así fue dispuesto hasta en la Biblia, no creas que será un viaje a Disney, claro si te ahorras el tema del huequito, puedes optar por una cesárea, la cual no es más que abrirte en dos como si fueras una patilla, de allí sacarán la criatura…

Quieres al paso de la anestesia descargar toda tu furia al padre, doctor, enfermeras, todos los que vienen a visitarte en el peor momento, cuando estás adolorida, pero no podrás descargarte, tendrás que callar o te llenarás de gases y luego es peor, lo digo con toda la experiencia.

En casa te espera toda una vida de cuidados al nuevo ser, es decir al coñito que desde pequeño te robará hasta el sueño y es verdad es para toda la vida. La primera experiencia es la lactancia y aunque soy madre Pro-lactancia, de pana que esa vaina duele, duele, la naturaleza no programo una aplicación de descarga de la función, se hace con la ayuda del coñito.

El coñito va creciendo, va jodiendo más y más, todos quieren opinar sobre sus cuidados, incluso haciéndote sentir culpable, más de una señora de edad dirá, en mis tiempos yooooo… y allí un recital de recetas para bañarlo, alimentarlo, dormirle, etc, etc….Mientras que el macho que te preño duerme feliz y siempre quiere sexo. ¡Por lo que ten cuidado! corres el riesgo otra vez de volver a pasar nueve meses por lo mismo, en un bucle sin fin pues!!! Muchas insensatas como que les gusta.

Cuando la familia va a conocer al coñito, todo es rumba, cerveza, música, no importa si a ti te duele la panza, si el coñito se durmió, si tú tienes días sin dormir y luego te toca fregar los platos, todos felices alaban al orgulloso padre y dicen que el coñito es igualito a él. Y tu sirviendo tragos…

Luego de muchas lunas, fiebres, lactancia, develadas, lactancia, orinadas, lactancia, cagadas, lactancia, el coñito comienza a balbucear, y se le ocurre decir su primera palabra, esperas un ansioso “mami”, “mamá”, pero no es así, el muy COÑITO dice “papi” “papá”, es igualito a él ¿qué esperabas? ¿Las gracias?

Pasan los años, por mucho tiempo serás su esclava, maestra, enfermera, psicóloga, payasa, juguete, transporte y con el paso del tiempo el banco del coñito… El cual algún día te dejará por otra coñita, de otra pobre madre.

En esta etapa llamada en psicología “nido vació”, crees ver la luz al final del túnel, ya que el coñito creció, piensas que es tu momento, que es hora de reinventarse, ya criaste al hijo, puedes ser libre, quizás hacer yoga, viajar, expandirte a nuevos horizontes, encontrarte contigo misma. A pesar de que los senos te llegan a las rodillas, piensas que puedes volver a ser tú, que incluso los puedes usar como alas y volar al infinito y más allá, pero te equivocas de nuevo….

El coñito del coño, grandísimo coño regresa al nido, pero está vez se ha multiplicado, trae a su coñita y sus propios coñitos… Todos te llaman abuelitaaaa!!!!!!

Nuevamente, la naturaleza te castiga, si ha nacido tu coñito tramítele antes que se reproduzca su pasaporte y visa.