3er Concurso de Cuentonimios Navideños - Tema el año nuevo

El infalible detalle

Se habían conocido hace pocos días. Vivían cerca, a pocas calles. A ella le había gustado su forma de ser, su personalidad simbiótica, que unía el trato moderno con la cortesía tradicional de un caballero; a él, le atraía su timidez y compostura de dama. Chateaban a diario y pasaban horas compartiendo. Pero todo había cambiado desde que decidieran conocerse en persona el día anterior. No había recibido más que un mensaje haciendo referencia al asunto, un “fue agradable verte”, escaso y frío. El encuentro había sido grato para ella, pero no sabía si también para él. Quizás y ese mensaje era solo parte de su amabilidad distintiva. Tal vez y solo era un pretexto para no comunicarse eso de que estaría ocupado visitando a familiares antes del fin de año. Ella no se decidía a escribirle aunque la ansiedad la corroía. Temía que si lo hacía, él pudiera pensar que ya había ganado su afecto, que era una chica fácil. Solo tenía una alternativa, un modo definitivo de saber si ella todavía permanecía en su pensamiento a pesar de los días. Había algo que él no podría pasar por alto en esas fechas: felicitarle con un mensaje de año nuevo.

Había llegado el momento decisivo y nada que recibía el tan esperado mensaje. Estuvo aguardando cuatro horas pasada la media noche para darle chance de que le escribiera y nada. Parecía una señal clara de su decidida voluntad de no saber más nunca de ella. Era definitivo. Y aunque le costara, ella no iba a pensar más en alguien que no lo hacía en ella, tomó su celular, lo apagó y se acostó a dormir.

Despertó tarde, pasado el mediodía. No tenía hambre, pero el cuerpo le reclamaba bocado. Salió aún adormecida a la sala y mientras se preparaba el desayuno, escuchó el inesperado timbre de la puerta. Le esperaba bien vestido aquel con quien tanto había querido hablar, alguien que, como todo un caballero y a diferencia de otros, no le iba a felicitar con un simple mensaje.

Fuente de la imagen