Mi Chica
Me encontraba en mi habitación, reflexionando sobre las cosas de la vida, acostado en mi cama, era una tarde muy callada, de esas que son muy poco común, solo se escuchaba el tic tac del reloj, Ella, aún no llegaba a casa. Desde muy temprano había salido a visitar a su hermana y seguro se demoraría un poco. Porque Patricia -su hermana- tenía cosas que contarle sobre su matrimonio.
Pensaba en lo solitaria y vacía que es mi vida sin Ella, pero, cómo no pensarlo, si tan solo pudieran sentir lo que yo siento cuando estoy junto a ella, me tiene completamente desquiciado. Es una mujer auténtica, de hermosa sonrisa, ojos color café, cabello castaño y ondulado, suave como la espuma y con un delicioso olor a chocolate. Su presencia impide que deje de mirarla, y sobre todo de desearla.
Sus besos, caricias y apetito sexual son inigualables, siempre quiere más y se adapta a todas las situaciones, le gusta variar los lugares de nuestros encuentros eróticos, toma la iniciativa en muchas ocasiones, eso realmente me vuelve loco. Me demuestra que también puede tomar el control cuando lo desea. Qué más puedo pedir.
Son las 8:00pm ya falta poco para que llegue. Siento como mi corazón acelera los latidos al saber que se aproxima, sin pasar mucho tiempo escucho el ruido de las llaves. Es Ella.
Se asoma a la puerta de la habitación diciendo:
-Amor, ya llegué. Te traje algo para cenar.
-Hola mi amor, -le respondo-¿cómo te fue? en un rato voy a cenar. Ahora no tengo hambre.
Ella, con una tierna y juguetona sonrisa entra a la habitación.
-Bueno, luego te cuento mi amor, quiero darme una ducha. Y mirándome fijamente me dice: ¿Me acompañas?
Y allí está, con sus hermosas curvas y todos sus encantos paseando por la habitación, y ese jean que le queda tan ajustado y ese insinuante escote en su blusa, es inevitable perseguirla con la mirada, me tiene encantado y ella lo sabe. Sin quitar la mirada le respondo que sí, créanme he esperado este momento durante este largo día.
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Me acerco a ella por detrás, mientras suavemente la acaricio y le suspiro al oído -Te extrañé-. Sentirla tan cerca aumentaba mi adrenalina, sin pensarlo la tomé por la cintura y comencé a besarla, sentía como nuestros labios al juntarse despertaban todos nuestros sentidos, aumentaba la temperatura, nuestros cuerpos sudaban de placer. Ahí estaba yo, desnudando a mi chica mientras besaba su hermoso cuello y admiraba su cuerpo tan sensual.
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Entramos a la ducha, mientras el agua cae sobre los dos, pienso: “ni el agua puede controlar esta temperatura”. Arrinconada a la pared, recorriendo su cuerpo con mis manos, toco sus muslos y piernas enteras. Mientras yo le hacía esto ella enjabonaba mi cuerpo, y entre tantas caricias más se excitaba, y sus manos eran apoyadas en las zonas más sensibles de mi cuerpo. Tenía la piel tan suave como la seda. Recorrí toda su espalda con mis manos varias veces y lentamente acariciaba sus pechos tersos.
La atraje más hacía mí e hice que apoyara su cuerpo con el mío. Ella dejó escapar un suspiro; sin duda estaba disfrutando de mis caricias. Aquel gesto me excitó, y pasando mis brazos por su cintura, mi mano bajó por su abdomen hasta perderse entre sus piernas. Ella las separó, se abría ante mí ofreciéndome un mundo lleno de sensaciones, yo la acariciaba con pasión y ternura, una y otra vez, en ese punto enrojecido que se muestra ya claramente al descubierto, así empieza el viaje para ella, respira con más fuerza en cada caricia. Su cuerpo se deshacía en espasmos de pura lujuria. El orgasmo la había alcanzado con toda la fuerza de aquel estímulo.
Su mirada seductora me pedía más placer, en ese instante la sujeté de la cintura y la levante hacia mí, ella rápidamente me rodeo con sus piernas, apretándolas fuertemente para estar más cerca de mí, mientras se movía a un ritmo que nunca antes lo había hecho, y ahí estábamos mi chica y yo, mirándonos fijamente a los ojos, sintiendo como nuestro cuerpos se convierten en uno solo, llenándonos de pasión, besándonos, y sintiendo como las gotas del agua fresca recorren nuestros cuerpos.
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Hemos alcanzado nuestro punto máximo. El placer se apoderó de nosotros, Ella, acercándose a mí oído me dice: Lo disfrute mucho amor, que bueno que la noche apenas comienza.
Y allí lo tienen, una vez más mi chica me ha sorprendido.
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¡¡Amor!! Que manera de escribir :o me gustó mucho ese relato. Lástima que ya no podré participar @keiverfernandez será para la próxima. Pero gracias por nominarme ❤
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Participando. Hermosa manera de hablar de "ella" me agradó, éxito en el concurso
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Wow... me encantó!
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