Frecuentemente, sobre todo los usuarios de Sistemas Operativos (SO) como Windows, suelen tener problemas con sus ordenadores, ocasionados por la desconfiguración o el mal funcionamiento de alguna aplicación o el SO en su totalidad. En algunas ocasiones la mejor solución suele ser intentar reparar por cuenta propia el problema, mediante la detección del fallo para su posterior corrección o formateando nuevamente el disco duro para contar nuevamente con un SO nuevo y funcional en caso de no poder resolver por la primera vía. En caso, de no contar el usuario con la capacidad técnica de resolver por si mismo el problema, se suele solicitar la participación de un personal capacitado, es decir, solicitar un servicio técnico especializado.
Pero en cualquiera de los casos mencionados, siempre la detección y resolución de los problemas informáticos suele necesitar tiempo valioso invertido en la reparación del mismo. Debido a esto, una de las mejores prácticas a implementar para muchos profesionales o usuarios avanzados, en sus ordenadores propios o ajenos, es la política de "Congelar el SO" para volver al estado anterior, lo cual muchas veces tiende a ser una estrategia mucho más efectiva y eficaz, que la de aplicar un procedimiento alternativo como un punto de restauración predefinido almacenado o restaurar una imagen de disco duro.
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