El mundo exterior:
Una vez superados los propios límites que marca nuestro planeta, nos queda resolver la siguiente gran cuestión: ¿podemos vivir en otro planeta?
La respuesta es sencilla. No es tan fácil encontrar un lugar en el que podamos instalarnos a largo plazo. Los trajes espaciales están bien, pero solo para un rato. Hay que abastecerlos de agua y oxígeno que nos permitan vivir, y estos son recursos que no abundan en cualquier cuerpo celeste. Además, aunque encontráramos un planeta de características similares a la Tierra, podría estar tan alejado que tardaríamos siglos en llegar a él.En cualquier caso, la curiosidad humana e incluso la necesidad de encontrar una alternativa a la Tierra si esta se volviera inhabitable ya nos han puesto a trabajar en este reto. Las principales dificultades que nos separan de hacer nuestra vida en otro planeta son dos:
Aunque fuéramos capaces de sobrevivir a los siglos que nos llevaría llegar a los exoplanetas más cercanos, el agujero generacional y evolutivo entre los colonos que llegaran a ellos y los habitantes de la Tierra sería abismal. ¿Alguien se imagina a un puñado de caballeros medievales aterrizando ahora mismo sobre un mundo lejano? Probablemente, ni nos acordaríamos de ellos.
De momento, no tenemos disponible la tecnología necesaria para explorar uno de esos mundos tan lejanos. Por eso, los esfuerzos se centran en lo que tenemos más a mano, que no es otra cosa que los planetas que nos acompañan en nuestro viaje alrededor del Sol. Sobre todo, los más cercanos a nosotros.Una vez que tenemos claro que es posible llegar a otro planeta para intentar su colonización, nos queda por salvar el otro gran escollo: la ausencia de las condiciones que necesitamos para vivir sobre él. La Tierra reúne características difíciles de encontrar, por eso la vida se ha abierto paso sobre ella.
Si los demás planetas son distintos, una solución para vivir en ellos pasaría por adaptarnos a sus condiciones. Por ejemplo, la NASA estudia enviar humanos a Venus, nuestro planeta vecino, un infierno que ronda los 460 grados centígrados de temperatura media y donde nieva metal, literalmente.
De hecho, ya se plantean distintas maneras de terraformar Marte, nuestro vecino más cercano después de Venus. Algunas de ellas consistirían en sembrar su superficie con bacterias productoras de oxígeno o enviar fábricas de CO2 para lograr, en menos de un siglo, un efecto invernadero que ayude a lograr una presión atmosférica similar a la terrestre. Sin embargo, parece inviable lograr esto con todo el planeta.
¿Seremos capaces de construirnos una nueva casa más allá de la atmósfera terrestre? El tiempo lo dirá. Por el momento, lo mejor que podemos hacer es cuidar la que ya tenemos. Es la mejor manera de asegurarnos de que nuestra especie sobrevivirá el tiempo suficiente para ver nacer al primer humano extraterrestre.
Invitó a participar a mis amigos @gian2020 @mithookhan552 @adamadame
Hola amiga. Excelente reflexión, independiente de que tengamos una remota posibilidad de vida en otro planeta, debemos cuidar el que tenemos. Te deseo éxitos.
Gracias por participar en mi concurso: El Mundo Exterior 🪐
Tienes la entrada #07
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Muchisimas gracias, disculpe la tardanza, he tenido problemas con el internet! Saludos
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