Fuente
Estimados amigos, dejo para la bondad de sus lecturas un microcuento.
Espero que les guste y se animen a dejarme algún comentario.
Quedo agradecida.
El nido
Hace tres años la señora Roberta murió. Era una anciana enérgica y dulce que cultivaba con pasión su huerto trasero y horneaba pan. Mucho de ese pan terminaba en mi mesa. En la soledad de nuestro retiro vegetal, a una hora del pueblo, aprendimos una solidaridad cordial que superaba su catolicismo y mi panteísmo hippie. Yo la llevaba en mi jeep a hacer sus diligencias semanales, y ocasionalmente también al señor Parra, su marido, que era paralítico. Cuando la hija de ambos los visitaba, lo que ocurría dos veces al mes, me invitaban a comer pasta y veíamos alguna película antigua. La chica, Miriam, era agradable y se casaría pronto. No recuerdo su nombre.
Vivíamos en una paz muy parecida a una agradable burbuja. Sin tráfico, sin ruido, sin gente. Únicos habitantes de este proyecto de aldea ecológica que nunca marchó del todo y que ahora, luego de quince años, aceptaba como un fracaso asimilado.
Entonces, una mañana, Roberta no despertó. El señor Parra me llamó llorando. Hicimos compañía al cuerpo hasta que llegó Miriam con el alma desencajada, acompañada por los operarios fúnebres. Recuerdo que ayudé al anciano (visiblemente sonrojado y frágil) a vestirse. Lo abracé cuando nos despedimos. No volví a verlo. El funeral fue en la capital.
El señor Parra me llamaba cada mes. Insistía en que me mudara. Que era inseguro. Que debía integrarme en alguna comunidad. Sus llamadas cesaron el septiembre pasado. Me pregunto si habrá muerto.
El huerto de Roberta ha sido colonizado por las más increíbles flores silvestres. Plantas trepadoras suben por los postes del porche. Calandrias y sinsontes anidan en el tejado. A veces entro y me siento en su patio: escucho el alma del bosque que avanza sin prisa y sin pausa.
Soy ese último pájaro en el corazón del nido.
Gracias por la compañía. Bienvenidos siempre.
Soy miembro de @EquipoCardumen.
Soy miembro de @TalentClub.
Posted from my blog with SteemPress : https://becksbitcoin.com/2019/08/31/el-nido-un-microcuento/
Hermosa historia. Evocadora de muchos nidos abandonados y fracasos no asimilados.
A veces cuesta dejar el nido, aunque se tengan alas para volar por cuenta propia. A veces se abandona muy a la ligera y se debe regresar, y a veces ya no está. Los dilemas de los nidos y el tiempo que avanza "sin prisa y sin pausa".
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Relato que en su brevedad logra brindarnos una historia infundida de mucha ternura, con un lenguaje delicado e imágenes evocadoras. La imagen central, que lo titula, nido, es muy apropiada para el sentido que nos ofrece. ¡Muy bueno, @adncabrera! Saludos.
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