San Pedro Apóstol, hombre de fuerte carácter

Cada 29 de junio los creyentes de las escrituras de la Biblia y de la existencia de Dios- Creador, celebran o rinden tributo a uno de los protagonistas de la nueva era o del nuevo pacto de Dios, con su creación humana y más marcadamente con quienes siguen sus leyes y luchan por cumplirlas. Digo luchan por que para el ser humano no ha sido fácil ser obediente.

En los distintos países y regiones que profesan estas creencias, crean fiestas populares, cada uno a su manera, iniciando por el Vaticano-Italia, donde la catedral principal se llama “la catedral de San Pedro apóstol” en el relato bíblico, se lee la vida y obra de Jesús de Nazaret que vivió en la tierra de Israel; estas son sus palabras: “Tú eres Pedro, sobre esta roca edificaré mi iglesia” -libro de Mateo 16; 13-20-

La interpretación que le dio la iglesia de Roma, que luego se asentó en el Vaticano, fue que sobre este apóstol recaería la tarea de iniciar una nueva iglesia, siguiendo las palabras y lo que enseñó el maestro de Galilea; dicen que el no quiso que sus seguidores estuvieran dispersos, como ovejas sin pastor. Sin embargo, es bien sabido que surgieron otras interpretaciones y otras formas de estudiar estas enseñanzas y de rendir culto.

Debido a los desacuerdos en la interpretación de la Biblia, -el libro sagrado de los creyentes- también aparecieron los chistes y las historias curiosas, que cada quién les da su personal sentir. Observemos este cuento popular: “Se dice que en cierta construcción un grupo de albañiles ya estaban terminando el edificio para entregarlo; y de repente hubo un temblor de tierra y se desplomó la construcción; -la mayoría murieron-

Pero, tres de ellos que eran devotos de la fe católica, llegaron al cielo. Los recibió San Pedro, que es el guardián de la iglesia y él decide quién ingresa y quién no. El santo les preguntó: ¿ustedes que estaban haciendo cuando murieron? -al unísono contestaron-: ¡estábamos construyendo un edificio de viviendas! Observó al primero bajito y barrigón ¿tú qué oficio tienes? Yo soy pintor, estaba dando los retoques finales, -sigue, bienvenido a la patria eterna-

Se dirigió al segundo en fila, ¿cómo ayudas a tu prójimo? - Yo soy ebanista, estaba instalando las puertas, para que las personas estuvieran seguras de los ladrones- ¡qué bien buen hombre, bienvenido a tu morada celestial! El tercero se adelantó, para apresurar la entrada, dijo: -soy instalador de cielos falsos- para que no se cuele el frío por las tejas. De inmediato el buen apóstol, se levanto y le dijo:

-Usted no puede ingresar, los pastores evangélicos y protestantes, al igual que sus seguidores, no pueden convivir con nosotros, y se le cerró la puerta de los cielos-