Punta pie

Nací en una generación que en este texto quisiera llamar “la generación punta pie”. Somos un grupo de individuos inadaptados nacidos entre los años 1990 2010 (aproximado) y que carecen de tacto y no miden sus errores, pero los notan y se sienten culpables. Crecimos escuchando todo lo que debíamos hacer para “ser buenas personas”, ¿qué es ser una buena persona? Comienzo a pensar que ese concepto realmente es inventado, o en dado caso, relativo. O tal vez es una simple excusa que nuestros padres y maestros para que hiciéramos todo lo que nos dijeran, porque en el fondo nos tenían miedo. No sólo somos un montón de depresivos, sociopatas e inseguros; somos la generación que comenzó a ver una visita al psicólogo como algo normal (y hasta cotidiano). Somos los que emitimos un juicio y no salimos de él hasta que se demuestre lo contrario de todas las maneras posibles (e incluso en ocasiones no basta). Somos aquellos que nos dejamos llevar por paz o guerra, conflictos políticos o escases de recursos en el mundo; esos problemas ya estaban ahí cuando llegamos a este contaminado y maltratado planeta, y seguirán estando cuando con suerte nos marchemos. No está mal querer ser buenas personas, lo que no es sano es querer imponerle a los demás lo que deben hacer para ser buenos según tu criterio. No está mal no querer hacer nada por cambiar el mundo, pero te haces daño cuando no quieres hacer nada por mejorarte a ti mismo. Entonces, intentando responder a mi pregunta, creo que una buena persona (o lo que sería para mí una persona sana), es aquella que a pesar de cometer errores y tener un montón de estereotipos y condiciones infundadas, busca siempre lo mejor para sí mismo; ser mejor para sentirse mejor. Escuchar lo que realmente quieres antes de cada decisión. Decidir ser feliz por ti, y eso, a la larga haría del mundo un lugar mejor. Somos la generación que le dio un punta pie en los testículos a los arquetipos, y lo seguiremos haciendo, pero esta vez ya no buscaremos un culpable, sólo una razón; ser feliz.