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Los amigos son sagrados y cuando cumplimos tantos años, y los vamos perdiendo, porque la naturaleza es sabia y nos ha impuesto un límite, entonces los recordamos con una precisión quirúrgica algunas unas veces y otras bajo un manto de poesía.
José Quintero Weir excelente escritor y doctor egresado de la UNAM, lo subrayaba muy graciosamente, al referirnos que, porcentualmente vamos diciendo cuántos amigos hemos perdido y que, cuando lleguemos al cien porciento, de seguro el muerto será uno. Parece que esta es una evocación de los viejos. Mi padre, poco antes de morir, hablaba de su amigo Evilasio, constantemente, un personaje que tenía muchos años sin ver.
Tuve un amigo que quise mucho, llamado Ender Olivares. Fue testigo de Jehová desde su niñez, porque su madre profesaba esta religión, es más la consideraban una ungida. Es una religión realmente estricta y con una disciplina para estudiar las escrituras, de la que obtuvo su vocación por el estudio y la lectura. Egresó de la Universidad del Zulia como Contador de la República, y realmente fue exitoso, ejerciendo importantes cargos en la Banca Nacional. Supe que era el Administrador de Corpo Zulia, en una de estas tantas administraciones rojas, y en vista de que yo tenía un libro de Crónicas sobre la Ciudad, y que Corpo Zulia era dado a publicar este tipo de obras, lo constaté en un momento. Por supuesto ya la religión era cuestión de olvido y le regalé algunos ejemplares de mis libros publicados.
Hojeando algunos páginas del ejemplar de Crónicas, me sugirió un texto que podía incorporar a dicha obra. Era más bien un chiste, porque bastante gracioso era el hombre, y que yo literariamente modifiqué de la siguiente manera, «María juro no darle crédito a los asuntos de la corriente. Una mañana barriendo por debajo de una nevera, salió disparada a uno cuantos metros de altura. Despertó de un sueño profundo y juró no darle crédito a las cosas, salvo a la de la corriente que le había hecho mirar las estrellas». Prometió ayudarme con el libro, con el compromiso de que yo incorporara al libros otros textos de esta naturaleza. A los pocos días supe que el hombre se había ahorcado ¿ Dios, cuántos amigos nos van quedando ?
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