Antes de leer, y a modo de introducción:
El presente texto se trata de una fábula escrita por mí @seifiro Por lo tanto, todo lo aquí expresado no será más que mi interpretación del mundo a través del avatar de un mastín siberiano. La palabra "persona" será recurrente pese al uso de animales debido a que es una de mis palabras favoritas, y que no necesariamente en sus significados griego y francés, designan a un ser humano. Además, esta fábula pertenece al marco del concurso de los amigos de @steemitficcion.
Pueden leer todas las bases para ingresar a este maravilloso concurso aquí:
https://steemit.com/spanish/@steemitficcion/2o-concurso-literario-4cuentos
"El lenguaje de los estúpidos"
«Finalmente se ha “eliminade” el género de “todes” “les” palabras en “castellane”. A partir de hoy, palabras que antes denominaban un género como “niño” o “niña”, pasarán a ser solamente “niñe”; así mismo, “les” artículos arcaicos como “él”, “la”, “los” o “las” serán siempre “le” (singular) o “les” (plural) en el caso de los tres últimos; mientras que “él”, la tilde “le” trata como “masculine”, se sustituirá por “persone”. Estas medidas sirven para integrar a “todes les persones” en la sociedad de animales. Así comentó Peibol Zorro Churches, en Madrid, Espanya…».
—¡Qué coño acabo de escuchar!—aulló Arturo, el mastín siberiano. Se dirigió hacia su repisa y tomó a sus libros. Comenzó a hojearlos y apreciarlos con sus patas y hocico.—Toda la lengua está en peligro. Y todo a causa de una peña de coño de madres hipócritas, hippies, “comunistoides” e hipersensibles relameguevos!—bramó colérico.
Las noticias en la pantalla continuaban.
«Todes les persones que a partir del día de hoy sigan utilizando los géneros gramaticales en palabras como “perro”, “perra” por citar un ejemplo, serán “detenides” por “le” policía en el acto. Luego serán “llevades” a juicio en donde deberán, de ser posible aunque improbable, demostrar sus inocencias. ¡Beeee!».
Arturo casi se traga la lengua de la sola rabia. Pasaría más de una hora para que decidiera tomar su desayuno, y otras tres para que decidiera finalmente salir de su casa.
Afuera en la calle, había un gran rebaño de ovejitas gritando “beeeeee”. “Beeeeee”. Mientras miraban a sus teléfonos celulares. «Deben de estar escracheando a alguien a través del Twitter». Pensó Arturo.
—¡Es “blanque”! ¡Cree que por ser ”blanque” tiene la razón!—dijo una oveja de lana blanca y con los labios pintados de color pastel.
—¡Beeee! ¡Beeee!—soltó una de ellas mientras que se quitaba la lana de encima para exhibir sus partes a unos ovejos que iban conduciendo un camión de una empresa privada.—¡Muerte a los ovejos!—Bramó como una cabra loca.
—Este “oveje” quiere imponer estereotipos “femenines”—soltó una ovejita que cargaba un listón de flores en la cabeza que hacia un juego muy coqueto con su cara bien pintada, y su lana cuidada con productos de calidad.—No podemos seguir permitiendo esto en nuestra sociedad. No podemos permitir que nos conviertan en criaturas sumisas que sólo están para complacer a los machos.
—¡Pero es que tú eres una hipócrita ovejita!—Le respondió una oveja que no pertenecía a este rebaño. Arturo la reconoció, era Ana.—Ustedes en sus redes sociales suben fotos con filtros, se rellenan los nombres con florecillas y hacen poses adorables para que todos les digan los guapas que son. Por lo tanto están disfrutando de los clichés femeninos.
Las ovejas comenzaron a bramar como un colectivo de cabras locas.
—¡Muerte al macho!—Exclamó la más coqueta.
—¡Todes somos iguales! ¡Perre, oveje, cerde, gate!—Comenzó a decir otra.
Arturo se acercó a Ana y la jaló de una pata. Los dos sabían que la situación se iba a poner violenta. Comenzaron a correr lo más rápido que podían mientras que el rebaño de ovejas los perseguía por las calles cada vez más angostas de la ciudad. El rebaño se llevó por delante a niños y niñas; jóvenes y ancianos; productos materiales y la comida de unos monitos huérfanos del barrio a donde estaban llegando. A continuación, el grupo de ovejas justicieras se cansó de perseguirlos. Estos también cargaban las lenguas a fuera de sus hocicos colgándoles como corbatas, pero sabían que el peligro ya había pasado.
Luego de que el rebaño se fuera, recuperaron el aliento y se dirigieron hasta una fuente de sodas a pedir bebidas.
—¿Qué les pasó a esas ovejas locas?—Preguntó Arturo.
—Están cabreadas porque en una película para niños, me refiero a «Cómo entrenar a tu dragón», el Dragón protagonista no resultó ser gay, y para colmó se enamoró de una dragón albina. Las ovejas afirman que están creando un filme heteronormativo que sólo difunde valores negativos, hegemónicos y asesinos ante la sociedad.
—Pues eso es una locura, Ana.
—Lo es. Las ovejas están tomando el control de absolutamente todo. Están implementando una moral de esclavas en donde la lástima y la debilidad les otorgan el poder para abusar y sacar provechos de otras hembras, pero principalmente de los machos.
—¿Pero eso por qué sucede, Ana?
—Sucede que es una agenda política, Arturo. Las ovejas necesitan hacerse ver a sí mismas como seres débiles pero que son capaces de hacer cualquier cosa. Es una paradoja, sí, y sin embargo, les sirve. Lo pueden lograr fácilmente bajo la idea de que las hembras somos seres de luz. Esto se da como una consecuencia social debido a que desde pequeños, machos y hembras estamos en contacto con una madre, posteriormente en las escuelas con una maestra. Vivimos bajo el cuidado femenino mientras somos más vulnerables cuando crías, esto ayuda a la idea de eliminar a todo rastro de maldad en todas las mujeres. Es una forma de crueldad pues nos quita nuestra esencia animal. Las hembras podemos ser tan crueles como lo son los machos.
Ana fue interrumpida por una notificación de su teléfono móvil.
—No te preocupes, Ana, atiéndelo—dijo Arturo muy tranquilo y reflexivo en las palabras de su amiga.
—Acaban de prohibir la palabra “niñe” y ha sido reemplazada por “criatura” con el fin de que nadie se sienta ofendido.
—Vamos para peor, Ana—señaló Arturo.
—Vamos a un declive social y lingüístico—agregó Ana.—¿Pero a todas estas, qué podemos hacer? Los rebaños son cada vez más numerosos, y tienen el control de casi todas las universidades y cadenas televisabas de mayor alcance en el mundo. Además, “le persone que preside” cada vez se hace de más y más control gracias a los medios de comunicación…
—Ellos controlan a nuestro presente, Ana, lo sé—interrumpió Arturo esta vez con una expresión de cierta tristeza filosófica.—Como controlan a nuestro presente, por lo tanto pueden controlar a nuestro pasado a través de su dialéctica de víctimas. Ya sabes, ellos han dicho infinidad de veces que los machos de todas las especies de animales han oprimido a las hembras. Es cierto que ha habido opresión en el pasado, pero las hembras de todas las especies y naciones han luchado por sus libertades, conquistándolas en todo el occidente, y en algunas partes del oriente del mundo. Sin embargo, estos grupos de poder persisten en que esto no es así. En que las hembras están bajo un yugo. Bajo una brecha salarial; un techo de cristal. Muchas personas se lo creen. Y como se lo creen, están controlando a sus pasados y por ende también a sus futuros. Ahora, a tu pregunta Ana… Sólo el lenguaje puede salvarnos de esta situación.
—Sigues siendo un poeta, Arturo—dijo Ana sonriendo.—Por eso es que aún dices “persona” aun cuando somos animales.
—«Persona» es una palabra hermosa, de origen griego, que luego pasaría al francés como «personae», rescatando el significado clásico. Una dualidad que significa «nadie» y «máscara». Y esos somos los animales. Avatares dentro de una historia que se desenvuelve dentro de la sociedad en la que vivimos. Aunque el lenguaje de los poetas está condenado.
—Son raros los que aún conservan dicho lenguaje—Ana apretó las pezuñas. —Cuando comenzó la primera prohibición de libros, se realizó a través de una campaña política de desprestigió hacia los grandes escritores que han por un lado exaltado a la belleza de las hembras, como por otro lado, a los que las han asesinado como en «Carmen». Los argumentos en contra de la literatura han sido demasiado abstractos y difusos. Increíbles e inconcebibles. Pero la dictadura de la mayoría se impuso finalmente, y los libros fueron prohibidos casi en su totalidad; y otros revisados y cambiados. Son extraños los que aún conservan libros clásicos—Ana miró a Arturo, se acercó a su oreja—y sé que aún lo haces—dijo susurrando. A continuación, dio un suspiro muy largo.—Antes se leía por placer. Ahora se lee por rebeldía. Se lee como por un acto de rebelión política contra los que dicen ser los correctos.
A continuación, entraron unos bueyes cargando a un cuerpo inerte cubierto por unas sábanas. Los animales del bar se quedaron mirando asombrados.
—Otra ovejita que cree que puede dar la talla al chocar a su cabeza contra la de un macho—cantó un gallo al final del bar.
—¡Puede hacerlo! ¡Hembras y machos no poseemos diferencias biológicas! ¡Sólo sociales!—Le respondió la gallina.
Se formó una polémica dentro del bar. Arturo y Ana se fueron y regresaron hasta sus casas.
Días más tarde, Arturo acababa de realizar unas compras en el supermercado. Iba caminando por el centro de la ciudad cargando unas bolsas cuando oyó que había una manifestación cerca de la plaza de La Victoria. Quiso ver de qué se trataba. Había mucho alboroto. Muchos animales filmaban con sus teléfonos celulares. Arturo al ser un mastín siberiano, era muy alto, así que no tuvo mayores inconvenientes para ver que se trataba de una marcha de cerdos… O bueno, cerdas. Tenían pintados en sus jamones las palabras «I am “biutiful”»; «mi cuerpa» y mensajes así. No era muy diferente a las concentraciones de las ovejas. Pero aquí no había ninguna oveja como en las de estas no había ninguna cerca colada. A Arturo le picó la curiosidad.
—¿Por qué están protestando?—Le preguntó Arturo de manera amable a una cerda.
—Pxrqux quxrxmxs qux xl lxngxxjx xnclxsxvo sxx cxn “x” rxmplxzxndx xsx x txdxs lxs vxcxlxs, maldito machista opresor—dijo la cerda con voz gutural.
—A ver si te entiendo—comenzó Arturo—¿Dices que están protestando porque desean que se eliminen las vocales del lenguaje y que estas sean reemplazadas por una “x” en su lugar, marcando así un género neutro definitivo?
—Sx.
—¡PERO QUÉ ESTÁN CHALADAS, MONTÓN DE HIJAS DE PUTA!
—¡Un macho diciendo “puta” a unx de nosotrxs!—dijo una de las cerdas de forma más entendible.
—¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡XXXXXXXXXXXXXXX!!!!!!!!!!!—Soltó una cerda que era tan grande como una camioneta blindada, la cual le cayó encima a Arturo, tirándolo al suelo junto con sus bolsas.
—Será juzgado por crímenes en contra de lxs animalxs.
Las noticias de los días siguientes no se harían esperar. Arturo estaba en primera plana de los diarios, y siempre tenía algún espacio en los noticieros en donde se hablaba de él.
«El miércoles pasado, fue capturado une mastín siberiano “llamade” Arturo. Corresponde al género macho, según se identifica él mismo. Se le acusa de utilizar lenguaje normativo, y de por ende no respetar a las normas lingüísticas correctas, que son las mismas que nos incorporan a “todes les persones” dentro de la sociedad. Por si fuera poco, en su residencia se incautaron libros arcaicos no “revisades” por “le” Estado. Aunado a esto, el macho identificado con el nombre Arturo, ha tenido conductas indebidas dentro de la prisión, utilizando artículos que se refieren al género de otros animales sin siquiera consultar con ellos si se identifican con estos (…). “Le persone que preside al país” desea ser quien juzgue al Mastín Siberiano. Por si fuera poco, se le ha escrachado en sus redes sociales incontables veces esta semana. El juicio del autodenominado macho que corresponde al nombre de Arturo, será dentro de diez días. Les recordamos a “les” “amiges” televidentes que le juece será “le persone que preside al país”. (…) Estamos ante un caso nunca antes visto».
Y los días pasaron en soledad, salvo por los momentos en que torturaban a Arturo. Sin embargo, él sabía que esto algún día iba a ocurrir.
El día de la audiencia, Arturo fue presentado por la fuerza. Se hizo en una plaza pública. La luz natural lo encandilaba. Le dolía un poco la cabeza. Hubo comido por fin después de varios días. Su pelaje sin embargo, estaba maltratado, sin embargo, cubría a los moretones de su piel producto del maltrato al que fue sometido.
“Le persone que preside al país”, estaba sentada sobre una enorme construcción con muchísimos engranajes. Arturo la recordaba bien, era la estatua de la sociedad. Una vieja construcción de cinco engranajes que representa a los cinco valores de la sociedad: la moral, la familia, las instituciones, el amor y el lenguaje. “Le persone que preside al país” puso sus patas sobre todas estas, simbolizando que estaba por encima de toda la sociedad. Eso era lo que siempre había querido decir en todas sus alocuciones durante toda su campaña política. Peibol Zorro Churches era así de detestable.
—Así que tenemos aquí a un pillo heteronormativo que no cree en el género neutro—comentó Peibol.
—Así que tenemos aquí a un pillo que no cree en la tilde en la palabra “sólo”—respondió Arturo con sarcasmo. Algunos animales comenzaron a reírse. Peibol los miró a todos y les ordenó que se callaran.
—Arturo, Arturo—comenzó Peibol.—Veo que no has perdido el sentido del humor después del merecido escrache que se le hizo a tus redes sociales. Pero no estamos aquí para que nos des clases. Como ya sabrás, yo soy le persone que preside al país. Yo soy quien conduce a la sociedad de animales hacia un igualitarismo sin precedentes. Uno en donde encontraremos la paz y la felicidad siendo “todes” iguales. Dime, Arturo, ¿crees en la paz?—Levantó la pata indicando a Arturo que hiciera una pausa antes de que siquiera comenzara a abrir su hocico—Se te acusa de ser violento, quiero decir antes de que respondas. Usaste un lenguaje indebido. Muy mal. Eso es violencia. Ahora, repito mi pregunta: ¿crees en la paz?
—Sí, sí creo en la paz. Pero tú no eres paz. Eres un zorro que promueve la guerra y a la hipocresía entre todos los animales por igual.—Arturo sonrió—Bueno, aquí sí eres todo lo igualitarista que dices ser.
—Yo he regalado un lenguaje nuevo que rompe con el paradigma del anterior. Rompí con las distinciones de género según los signos lingüísticos. He dado una paz a “todes” los animales al meterlos en el arca de la igualdad, en donde ya no hay distinciones entre machos y hembras.
—No, Peibol. No es así. Y tú lo sabes. Sin embargo, que tú lo sepas no es el problema. El problema es que lo creen. No puede haber paz. La paz no existe verdaderamente. La paz es sólo posible a través del maniqueísmo político. Todos los animales somos conflictivos, pero la política puede darnos una tregua de nuestra naturaleza conflictiva entre tanto más libres somos. Tú lo que haces en cambio es cercenar a las libertades de todos los animales al haber cortado al lenguaje. Tu lenguaje inclusivo es lo que te sostiene en el poder. Necesitas que sea así de cercenado, mocho y débil como quieres que sean todos los animales que no se dan cuenta de lo hipócrita que eres. Tu paz necesita de una perpetuidad del conflicto, por ello la meta imposible de querer cambiar y corregir al lenguaje.
—¿Te parezco hipócrita, Arturo?
—Todos los imbéciles caen tarde o temprano producto de su propia estupidez.
—Eso no contesta a mi pregunta…
—Los hipócritas no son diferentes, pero sí más astutos, no obstante, no significa que su propia hipocresía no los vaya a hacer caer.
—¿A qué te refieres, Arturo?
—A que tu lenguaje inclusivo tiene un hueco demasiado grande, y tú estás justamente parado sobre él. La sociedad no puede tener por encima de ella a un sólo individuo.
Peibol Zorro Churches rió. —Esto es lo que opino de tu sociedad—dijo limpiándose las patas sobre la estatua. Peibol seguía en la cima de esta. —¿Y cuál es el hueco de mi lenguaje inclusivo?
—Deberías de saberlo ya, Peibol. Tus seguidores también deberían de saberlo. —Los animales miraban confundidos a Arturo y a Peibol. Este último se reía cada vez más nervioso.
—Eres sólo un perro que ladra pero que no muerde.
—Tu lenguaje inclusivo te mantiene sobre la sociedad sólo porque ocultas a una sola palabra. —Los animales comenzaron a hablar entre sí. Se les notaba molestos con Peibol.—Y hoy ese fallo te hará caer. No eres tonto, eres estúpido. Y los estúpidos a diferencia de los tontos poseen un sistema macabro de pensar.
—¿A qué te refieres?
—¿Cuál es el lenguaje inclusivo para “le persone que preside”? «Que “preside”» no es el género neutro. El femenino es “presidenta” sin embargo.
—¡No lo vayas a decir!—Se alarmó Peibol.
—El inclusivo para tu cargo es “presidente”. Eres un macho confeso que se aprovecha de la estupidez de sus seguidores para crear un cargo que sólo lo beneficia a él mismo. Además, estás cazado con una zorra hembra.
—¡Lo has planeado todo, verdad!—Te dejaste apresar sólo para decir esto ante mí.
—Correcto.
Los animales se precipitaron sobre Peibol. Estaban coléricos e indignados con su líder. El lenguaje nuevo no servía en contra de él. Era sólo su producto para vender y comprar cerebros. Los animales lo escracharon y lo hicieron caer de la estatua. Peibol ya no estaba sobre la sociedad sino ante ella, y debía rendirle cuentas.
Ese día los supuestos crímenes de Arturo fueron perdonados y olvidados. Hubo una necesidad de hacer un cambio de gobierno el cual combatió en contra de esa igualdad, y en cambio, resaltó a los derechos individuales de todos los animales. Los que querían llamarse personas o animales podían hacerlo según sus criterios.
El lenguaje regresó a ser lo que era.
Nunca más un individuo debía ser catalogado dentro de una masa colectiva. Sin embargo, los pensamientos estúpidos seguían amenazantes. Sería normal mientras exista la sociedad.
Muy buen relato, una crítica argumentada sobre la manipulación del lenguaje. Lo políticamente correcto como factor de disminución de derechos y libertades.
¡Mucha suerte en el concurso @seifiro!
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Muchas gracias, Valki; vamos a ver qué resultado se da.
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Un mandatario charlatán, un pueblo estúpido y una fabula que deja ver lo importante que es estudiar para dejar de creer tanta estupidez.
Margarite se despide y envía su voté a la billetere, porque no tengo poder de vote :P
Le le le le, (ya no puedo cantar la la :P)
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Es todo muy real, ¿no? Uno va por ahí, dice una cosa, y luego te dicen que estás mal porque estás utilizando un lenguaje que no incluye a la gente. Las personas entonces sólo se ofenden y gritan como ovejas molestas. Es todo muy cómico y desgraciado.
Gracias por todo tu apoyo, Marpa. También por tus canciones. Aunque ahora ya no puedas usar ni la "A" ni la "O" uwu.
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¡Felicidades! Este post obtuvo upvote y fue compartido por @la-colmena, un proyecto de Curación Manual para la comunidad hispana de steemit. Si quieres saber mas sobre nuestro proyecto acompáñanos en #la-colmena, nuestro canal de discord dentro de Curation Collective
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