Crestomatía.
22 de enero de 2019
Adelso Rodríguez
Exordio
Dicen aquellos que saben del tiempo y de sus viajeros, que la tierra gira gracias a los magos; que dormidos en cavernas hacen girar el mundo con sus sueños, y gracias a ellos, el mundo conoce el día y la noche, el piélago de los mares no para de sacudir el aire y luego la brisa; de recorrer la tierra. La maravilla del mundo que habitan los hombres es debida a ellos. ¡Pero ay del mundo si le faltare un mago dormido! Ay de aquel día donde todos los magos despierten; porque nunca podrán volver a dormir, entonces aquellos que habiten el día morirán de calor y los que habitan la noche los matara el frio.
Facticio
Pocos saben que el Rey Facticio fue el padre de un hogar antes de hacerse mago; también el primer hombre en abandonar su familia, no se había conocido en el mundo tal cosa durante aquella dispensación; un hombre que despreciara su hogar o un Rey que despreciara su feudo. Dicen los ancianos que ese día los animales osaron también abandonar a sus crías, imitando a aquel hombre, y esto es así desde aquel tiempo hasta hoy.
El Rey Facticio partió con las riquezas del feudo a buscar a los magos dormidos, dispuesto a comprar de ellos la magia que pudieran enseñarle; porque desprecio el gobierno de su hogar y del pueblo, por el gobierno sobre la naturaleza. El libro del demiurgo dice que el Rey Facticio hallo su primer mago en la tumba de un gigante; durmiendo en el cráneo del exánime, más allá de esto nadie sabe cómo uno vino a conceder su sabiduría al otro, pues los magos no requieren oro, y preguntar por hoy al mago que allí dormía es asunto
ilusorio porque en la entrada de la tumba un dragón habita guardando celosamente, por juramento mágico, la entrada y ningún mago puede remover de su juramento un dragón que otro haya puesto.
Dicen los intérpretes del libro que el Rey salió 40 días después de aquella tumba empuñando la magia del mago que en ella dormía. La secta de los Eruditos cree que el Rey trato de matar al mago de la tumba luego de aprender sus misterios, pero no pudo, invoco al dragón para cautivar al mago; así que nadie podría aprender también de él cosa alguna, la secta de los Caballeros enseña que el varón, con el dragón cautivó al mago para que tornara al sueño otra vez, porque el mago añoro la vida cuando despertó. Y la secta de los Paladinos y los Seleucidas enseña que el dragón fue puesto por el mago de la tumba que allí dormía para no volver a ser perturbado. Cualquiera sea la verdad; Facticio acometió su propósito.
Pasado los años en la tierra del fértil creciente la niña y su madre; familia del Rey, fueron escondidas en un santuario que los hombres del mundo edificaron para ellas, a ver si el mundo olvidaba la locura de Facticio, y era removida la vergüenza de la humanidad, así también hubieron algunos hombres que salieron a buscarlo por la tierra. Por aquel tiempo los eruditos enseñaban que un niño no podía soñar, sino hasta que murieran ambos padres pero el libro del demiurgo dice que la hija del Rey tuvo un sueño estando en aquel santuario; en el sueño un mago de las cavernas vino a ella para decirle.
-Viene el fin del día y la noche. Por la ambición de tu padre, pues ya ha despertado a 11 hermanos míos y solo quedo yo.
La niña conto a su madre el sueño diciendo:
-Madre, he soñado como los huérfanos, nunca tal asunto me había acontecido, que; estando dormida creí estar despierta y con los ojos cerrados he visto cosas; a un mago que salía de la tumba de un gigante, volando sobre un dragón sin alas, estando yo de pie en un cofre de piedra con una multitud de niños, el destapo la cubierta y me dijo estas cosas mientras los niños escapaban, entonces salí yo también, estando afuera; volví la mirada y vi dos niños que no quisieron salir, pero yo no quise ayudarlos y selle el cofre con un anatema.
Pasaron los días y llego uno de los hombres que figuraba entre los que salieron a buscar al Rey con esta noticia
-Hemos hallado al Rey; persiguiendo su rastro llegamos hasta la tierra de los Filisteos; a la tumba de un gigante, donde un dragón lo tiene cautivo, sabemos que ningún hombre podría abandonar su hogar, ha sido este dragón codicioso; que vino por las riquezas de tu hogar y se lo ha llevado a él también.
Los varones del mundo fueron entonces a pelear con el dragón; afanosos por quitar la afrenta de la humanidad, salieron todos como un solo ejército. La madre creyó a su hija el sueño que había tenido luego de haber escuchado la noticia de su marido; oyendo decir en la boca del mensajero las nuevas de un dragón y la tumba de un gigante, como así lo había señalado su hija en aquel sueño. Viendo entonces la niña y su madre que el santuario había sido abandonado, porque la guardia que las vigilaba había salido con el ejército, ellas también tomaron alforja, calzado y bordón para salir a la cueva del mago que aun dormía.
Aconteció que Facticio, habiendo aprendido de los magos la lengua de los animales; oyendo decir entre ellos que todos los hombres se habían congregado contra un dragón en la tumba de un gigante en Filistea, hablo entonces a su propio corazón diciendo.
-por la sabiduría del mago y para aprender a hacer magia han venido contra el dragón, iré pronto y no me tardare en destruirlos, antes de que maten al dragón y alcancen su cometido; así con este y luego con los otros dragones que he dispuesto por juramento en las demás cuevas, pues un solo dragón podría contra 100 hombres, pero no contra este ejercito de millares.
Volvió pues aquel varón por el camino que había recorrido hasta la primera cueva; la tumba del filisteo, y al cabo de 3 días los alcanzo, actuando sin demora ni preguntas, contra el ejército, invoco una terrible peste sobre el cuerpo de los hombres, aquella peste fue llamada enfermedad. Tan poderosa fue la enfermedad que todos los hombres murieron pasados 7 días. Basto con el tiempo que tardo el Rey en hallar al ejército, los días que la enfermedad demoro en matarlos a todos, y lo que uso de tiempo en encontrar al último mago, para que la niña y su madre lo hallaran primero y aprendieran de él una porción de su sabiduría. Aconteció que al llegar había en la entrada de la cueva un dragón cuidando del 12° mago por juramento mágico.
Entonces dijo el Rey para sí.
-han usado engaño en mi contra, dispersando mi atención en aquel ejercito vano, y me arrebataron la corona de mi empresa; la sabiduría del ultimo mago.
Pregunto sin demora entre los animales adonde había escapado el señor de aquel dragón.
Respondieron las serpientes.
-El Señor de aquel dragón es una mujer, pero no sabemos adónde ha huido, ni podemos describirla; porque, así como los hombres, todas las mujeres entre si son iguales para nosotras.
Hablo nuevamente aquel Rey a su propio corazón y dijo.
-Iré por la tierra persiguiendo a toda mujer, buscando entre ellas cual ha de ser la que aprendió del mago su sabiduría y ha juramentado a este dragón en mi contra.
El Rey entonces asumió la empresa de perseguir a todas las mujeres del mundo, preguntando entre ellas cual habría de ser; pero ninguna pudo responder, así fue como cesaron en aquella dispensación las mujeres sobre la tierra. No hubo mujer que sobreviviera a la degollina del Rey, dicen los interpretes que los animales entonces se rehusaron a volver a hablar; porque habían jurado silencio sempiterno en memoria de las millares que murieron por la codicia del Rey.
En ese tiempo, cuando el mundo estuvo desolado, el Rey encontró un santuario de piedra escondido, ese que los hombres habían edificado para esconder allí a la niña y su madre, entrando en él, jurando por su alma que allí encontraría a la mujer, se halló con un hombre y una enorme multitud de niños, entonces alzando la voz dijo al hombre:
-por tu vida y la de estos niños, señálame donde está la mujer que aprendió del mago su sabiduría y puso por juramento a aquel dragón de la cueva
-yace dormida en la cueva del mago su maestro para que el día y la noche no pare de venir sobre el mundo que tú por poco destruyes, habiéndose convertido en mago ella también. Se encerró a sí misma usando aquel dragón para que no la despertaras.
-¿Y el mago su maestro? , ¿Yace con ella o también puedo hallarle?
-A él te diriges cuando hablas, deja ir a los pequeños y yo te enseñare en este lugar la sabiduría que buscas, y tu magia será completa.
-Responde mi cuestión sobre estos millares, ¿han estado contigo para aprender de tu sabiduría la magia?
-Ninguno de ellos, sino solo una, la hija de aquella que duerme por nosotros y el bien del mundo
-¡Señálame la pequeña, porque ella tampoco saldrá de este lugar!
Entonces el mago alzando la voz llamo a la niña por su nombre.
-¡Merari!
Abriose un claro entre la multitud de pequeños y la niña camino hacia el mago, a lo más cercano de su padre, el Rey vino a reconocerla. Solo sabe el demiurgo los síntomas emocionales, los argumentos de su mente y las memorias del corazón que cruzaron por su alma cuando vio a la niña y la conecto con su nombre, al mismo tiempo que entendía quién era la mujer que por el bien del mundo dormía.
Exclamo aquel Mago a la multitud;
-¡Fuera!
Y los niños comenzaron a correr hacia el atrio. En el estrepito de la estampida, alzando la voz el Rey cuestiono a su hija con la cortesía debida a un extraño.
-¿¡qué has aprendido de este mago!?
-¡Lo mismo que mi madre: juramentar dragones!
-¿¡y estos millares, quienes son!?
-¡Hijos e hijas de los hombres que mataste en filistea y las mujeres que perseguiste por el mundo!
Dirigido al mago el Rey exclamo.
-¡Mentira! ¡La pequeña no posee tu sabiduría, ni es entendida en la magia!
Y dijo a la niña.
-¡Fuera también!
Salió la niña del lugar corriendo entre los pequeños, que no cesaron de fluir por el portón del santuario hacia el atrio. Cuando todos estaban afuera, la multitud hizo silencio y la voz de Merari exclamo un anatema;
-¡Al terrible entre las bestias deseo!
Entonces del cielo cayó un peñasco bruñido sobre el atrio ante Merari, partiéndose como vasija, torno de nuevo al brío de la estampida la multitud y un dragón sumerio entre las peñas rotas exclamo con dolor de haber nacido.
Merari dijo al dragón:
-¡Júrame por el fuego de tu boca! , ¡Ninguno, si no la que te habla, podrá removerte de tu juramento y no perdonaras la vida al cautivo que busca libertad ni al libre que busca al cautivo, juramento sempiterno harás!
Y el dragón con la boca se arrancó las alas, porque de esta manera confirman los dragones su pacto; que así jamás podrán abandonar volando el lugar y el propósito de su nacimiento. Quedaron entonces el mago y aquel varón atrapados en el santuario sin poner resistencia
Vinieron a ser los niños de aquella dispensación los pobladores del mundo, así que el día y la noche nunca cesaron sobre ellos y pudieron prosperar en la tierra de sus padres; por la madre que duerme y el juramento del dragón con la niña. La doctrina de los intérpretes enseña que los niños desde aquel tiempo hasta hoy pueden tener sueños; menos la niña; porque sus padres aún viven, uno que llora amargamente su vida, sin conseguir descanso para su alma, y la otra que duerme tranquila, profunda y naturalmente por el buen mundo que su descanso le ofrece a Merari; la niña del dragón.
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