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- En este preciso momento, en el cual te estoy hablando de la forma mas sincera que tengo (pues no tengo otra), he de confesarte esto… - Asdrúbal tragó fuerte mientras gesticulaba su rostro, con unos movimientos muy nerviosos; era como si fuesen movimientos reflejos involuntarios, en los cuales sus parpados se entre abrían y se cerraban a una velocidad meteórica.
Casi imposibles de controlar por su cerebro, eran mas bien movimientos atrofiados.
Miguel asombrado de esto, cuenta se dio.
Pero por aquello de la prudencia, intentó (sin éxito alguno) disimular.
Y como con gestos imprecisos, se desbordó en su éxtasis, mientras rabiosamente increpaba… - No creas que me estoy volviendo loco… - Sus palabras fueron entrecortadas. Un dejo de tartamudeo se le percibió, sólo que trataba de disimularlo implicándole mucha violencia en su léxico.
- …La situación me ha dejado desbalanceado. Verás…No encuentro la mejor forma para poder resolver esta situación.
Que me atosiga sin cesar…Ya lo verás:
Un kilo de carne: 450. 000, cerdo: ¡Igual! Un kilo de queso: 450. 000
Un kilo de arroz: 200. 000. ¿Pasta? 350. 000
…Esto es un aquelarre…Un caos…Una locura…
…Será entonces que todos los dioses, los santos y los inhumanos también se están confabulando para provocar todo esto…
¡Así ha de ser!
¿La verdad? Estamos en una pelazón.
Esto es una Guerra Sin Cuartel. Solo que acá no hay enemigos visibles.
Pero: ¡No tenemos ni para comprar comida! Tampoco medicinas…
Digo: Para alimentar bien a mi mujer y a mis 2 hijos.
Soy: Profesor titular de una Universidad, acá en Maracaibo.
Mi sueldo actual…No llega a ¡los 2 millones de bolívares!
¿Cómo puedo alimentar, vestir, pagar la universidad para cada uno de ellos…? ¿El cómo…? Eso no lo sé.
Sin hablar de los pasajes que cuestan: 2.500 para poder montarse en esos apestosos buses…
Soy además: Doctor en Leyes. Titulado. Hablo inglés fluido.
Además de: Contador Público. Tengo otras especialidades…Pero aun así: ¡No puedo mantener mi status social!
Y pensar que éramos felices… ¡Y no lo sabíamos!
Hace unos pocos años, me alcanzaba mi sueldo. Vivíamos bien.
Comíamos bien.
¡Hasta me alcanzaba para comprar licores los fines de semana…!
¡…Y ahora…! …En estos momentos… ¡Qué desesperación!
Se roban los cables de teléfonos. Pero ¿Quién será…O mejor: Quiénes serán…? Adivina adivinador…Adivina…Que tus ojitos: Blancos se han de quedar.
Se llevan, lo destrozan todo. (Parecen: Bachacos)
La empresa que nos suministra el cable para poder conectarme con el mundo, a través de la televisión…Sencillamente: Cobran tarifas que son una exasperación.
…Pareciera que todo se confabula: Para ejercer el mal.
Estamos “en una etapa” un tanto confusa. ¡No logramos discernir nada!
¡Ya no puedo pagar la mensualidad! (Ni mantener a los míos, tampoco)
Es un robo. Una estafa. (Ladrón que roba a ladrón…)
Las empresas que veo…Están a un tercio de su capacidad.
Ya ni veo carros por las avenidas. De unos diez mil buses que había operativo, tan solo veo…Unos cuantos. ¡Todos remendados!
¿Un repuesto para mi vehículo…? ¡Millones! ¿Un caucho?
Ya ni sé cuantos millones cuestan ya.
Un litro de aceite para el motor: Un millón y medio.
…Con una inflación como esta…
Todo se confabula para amargar nuestra existencia.
Esa es la cruda realidad.
Y lo peor: Estoy pensando seriamente en comenzar a vender todo lo que tengo. Mi casa. El pedazo de carro (que lo tengo en cuatro ladrillos en el garaje de mi casa) Un terreno que había comprado para en un futuro edificar casas para mis hijos. Se me ha esfumado.
¡Todo! Lo voy a rematar todo…
¿Y sabes para qué…? ¡Para largarme de este país!
Este comunismo: Es aberrante. - …Da mucho coraje que unos cuantos vagabundos hayan destrozado este hermoso país: Venezuela.
Tanto que la queremos. Pero es muy triste tener que ver, escuchar a muchos de mis familiares, amigos, colegas y hasta gente extraña.
“Me voy de Venezuela”
Y les pregunto: ¿Para dónde?
-¡A dónde sea! Pero de que me voy: ¡Me voy! – Eso me responden.
¿Por qué no se largan los que la han destrozado ya…?
¿Por qué hemos de ser nosotros, los que hemos nacido, estudiado, trabajado y hasta vivido, los que tenemos que irnos…Ah?
Ninguno de nosotros hemos pensado ni siquiera salir de este país.
Ni siquiera por turismo. Una cosa que ha caracterizado al venezolano es ese amor que profesamos a nuestra patria. Es un dolor.
Es una vergüenza… ¡Pero así son las cosas! – Miguel no escatimaba en describir la verdadera tragedia nacional.
El escuchar, ver y presenciar como familias enteras están vendiendo todos sus enseres, para marcharse a un infinito desconocido.
Otros mundos. Allende. Aquende. Una quimera. Pero es así.
Tener que ir a otros parajes en donde quizás, sean mal recibidos.
Con toda seguridad miran al venezolano como una plaga.
Peor que las langostas…De la mitología bíblica.
Huyendo todos de esta epidemia, con esa endemia que corroe las entrañas de una Nación que anteriormente era reflejo de toda su abundancia.
Mientras esa plaga conocida como: “Bachaqueo bestial” devore esa fe, esa alegría que una vez tuvo.
Mientras el gobierno…Al parecer: De eso no se percata. - Mira, mi padre es un jubilado universitario. Tiene: 71 años de edad. Sufre de la próstata. Está inútil actualmente.
¿Sabes cuánto me cuesta una operación como esa…? ¡71 millones de bolívares!
Una visita a un especialista ronda ya los 700. 000 bolívares.
Y lo mas risible, es que está asegurado.
¿Sabes cuanto le cubre su seguro…?
…Unas 3 visitas al especialista. ¿Es justo esto…?
Una cajita de medicinas… ¡Tres millones! ¿Quién aguanta eso…?
No. No. ¡No! ¡NO! No aguanto mas… - Asdrúbal pronunció cada silaba y cada consonante como si las estuviese masticando, con todo el coraje acumulado de este diario ir y venir, de este devenir sin sentido alguno. Es triste. Es lúgubre nuestro panorama… - Concluyó Miguel.
Pues ya no tenía palabras ni para justificar…Como tampoco para criticar. Sencillamente…Calló…
