Pero por otra parte nuestras caras también tenían negro carbón.
Para que la oscuridad no se sintiera celosa de nuestra vida y quisiera arrebatarla.
Los hombres tenían cuernos de ciervo o carneros.
Con ellos quería poseer la fuerza de esos animales.
Todos caminábamos por territorio desconocido.
Flotando entre seres, que despreciaban a la naturaleza.
Seres vestidos de muchos colores.
Seres que poco a poco perdían su humanidad y no por fundirse con la naturaleza.
Seres que se creían que el mundo era de ellos.
Sin cuidarlo y quererlo, con guerras y hambrunas.
No preocupándose de la comunidad.

Todavía no me veía.
Peo sentía que estaba hay dispuesta para enfrentarme a esos seres que no dan importancia a nada ni nadie.
Según pasaban los minutos pude verme en medio de la imagen.

No era yo.
Era otra persona, ¿sería mi alma?
Yo era igual a ellos, caminaba a su paso.
Sentía todos los sentimientos del mundo.

Cuando creía que ya estaba integrada.
Un ruido extraño entro en el sueño.
Como si todas las aves del universo cantaran a la vez.
Mi mente se dispersó por unos momentos y el sueño empezó a desintegrarse.

Eran las 7.50 la alarma del teléfono sonaba, los pajaritos me avisaban
Hora de empezar mi vida normal.
Sin palabras.
Di tú lo que opinas
Casi no recordaba lo que había soñado.
Pero en mi cara había restos de pintura blanca, solo unas motas.
Original content by Original content by @txatxy***