En las entrañas de la ballena de Jonás, es un relato Bíblico-hebreo; donde el mensajero por desobedecer las instrucciones de su Creador-Eterno; fue arrojado al mar por unos pescadores y lo ha tragado una ballena. Lo curioso de su supervivencia de tres días en el vientre del gigantón pez; quizás fue por su alimentación a base de dátiles de Israel.
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Los dátiles son frutos naturales provenientes de las palmeras del cálido y árido desierto; son uno de los 7 alimentos benditos que Dios-Creador proveyó a su pueblo elegido, llevándolos a la tierra prometida. Una de las curiosidades de las palmeras datileras es: -al sembrarlas sus hijuelos tardan seis años en asomar brotes y quizás más 16 años en dar cosecha.
Pero, cuando llega la cosecha cada palmera puede proveer hasta cien kilos de dátiles. En la visita de un hermano estando en un supermercado, me preguntó que me provocaba en especial que fuera sólo para mí- como quien dice un capricho egoísta-acababa de ver dátiles y sin dudarlo le dije: llevo mucho tiempo sin deleitarme con los dátiles; me regalo una caja.
Los dátiles son considerados frutos con abundantes aportes nutritivos para el organismo, aportan hasta un 70% de azúcares naturales (fructosa, sacarosa, glucosa), no recomendados para personas con desequilibrios (diabéticos), los padres del desierto(sabios) dicen: -con la ingesta de estos y agua, se ha logrado vivir travesías de semanas en el inclemente desierto-
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Además, agrega este breve artículo acerca de los dátiles desecados, que es como se comercializan y llegan a las manos de los amantes de los frutos secos: en palabras de la nutricionista Maribel Arias García -cien gramos de estos tiernos frutos edulcorantes, satisfacen necesidades de nutrición al minuto, y su buen aporte de hierro es de maravilla-
Los padres del desierto tienen un sin número de anécdotas; relataré una relacionada con la cosecha de los dátiles. Resulta que Jesir, un mercader se fue varios años a comerciar en los oasis y regresó a su Israel natal muy rico; de inmediato buscó a su mejor amigo de juegos y niñez; -le dijeron: está sembrando en su parcela- acto seguido, fue a saludarlo.
A lo lejos observó los hermosos campos de Josef, espero unos minutos hasta que su fiel amigo se acercó a saludarlo, con un cálido y afectuoso abrazo se reencontraron. ¿Qué siembras buen amigo? -Dátiles, ya planteé los hijuelos, en esta parcela destinada para la posteridad- no seas tonto Josef, vas a morir y no saborearas ni un tierno dátil-
¡Mira, amigo mío! desde siempre hemos celebrado el shabat, con vino de uva y de dátil, y nos hemos alimentado de estos jugosos y nutritivos frutos; no sé quién los ha plantado en los antiguos años; ¡quiero con este plantío devolver al banco de favores parte de mi gratitud! - una lágrima rodó por el rostro de Jesir-
Y agregó: ¡Te voy a honrar con mi diezmo, por esa gran lección de gratitud que acabas de instalar en mi corazón! – ya ves querido amigo -dijo Josef- ya empecé a cosechar, ¡aleluya!
¡Les saludamos con nuestro cálido abrazo virtual, hasta pronto amig@s!