Dependiendo de Dios

Hace poco leí una frase que decía lo siguiente: "Depender de Dios no es una debilidad, es una fortaleza", ella plantea una verdad incuestionable. Decimos que creemos en Dios pero lo cierto es que vivimos de manera independiente, no meditamos en Su Palabra, no oramos, no queremos hacer su voluntad y nos sentimos autosuficientes, vivimos bajo la filosofía: "no necesito de nadie" y eso incluye a Dios. Solo en momentos dolorosos, en momentos de necesidad y en tiempos como los actuales, en los que un pequeño virus ha puesto al mundo de rodillas es que vemos los frágiles que somos y cuando dependientes somos de Dios. Es triste que sean estas circunstancias sean las que nos lleven a procurar entablar una cercanía con Dios y el resto del tiempo de nuestra vida lo ignoremos pero Dios es tan bueno y su misericordia tan grande que nos da la buena noticia. No es tarde para cambiar esta práctica y acercarnos confiadamente a Nuestro Padre en todo tiempo, no solo cuando lo necesitamos y nos sentimos abrumados, abandonemos la idea de acercarnos a Dios solo cuando necesitamos, vivamos una estrecha relación con Él, meditemos en Su Palabra, vengamos a Él en oración, procuremos hacer su voluntad y agradezcamos por toda su bondad y vivamos una vida agradable a Él y recordemos que depender de Él no es una debilidad, es una fortaleza. Dios les bendiga.