¡Llenos de interrogantes, México volvió a caer!

¡Ya huele a Copa del Mundo! La competición por la cual debemos esperar, por gracia y por desgracia, cuatro largos años, ese periodo definido para que el mundo se “paralice” de cierto modo y en lugar de girar sobre su propio eje, gire sobre el eje de un balón.

Si los partidos de preparación para la Copa del Mundo representaran exámenes para calificar el desempeño de los combinados nacionales de una forma escolástica, el TRI de Juan Carlos Osorio habría reprobado estrepitosamente su última prueba de ensayo de cara a la Copa del Mundo que está a la vuelta de la esquina.

48 partidos son los que ha dirigido Juan Carlos Osorio al combinado nacional mexicano, y en ninguno de ellos ha repetido alineación, las ya famosas “rotaciones” siguen siendo el sello distintivo del colombiano al frente del banquillo azteca, hecho tan inusual como cuestionable dado que el conjunto verde sigue lleno de dudas en la cancha e inunda de incertidumbre a quienes le seguimos y buscamos un poquito de fútbol que nos inspire a creer.

No dudo de la capacidad de Osorio, siempre he pensado que el colombiano es un estudioso del fútbol a fondo, pero honestamente preferiría tener un poquito de certeza sobre la idea futbolística, o más bien poder apreciar que al menos los 11 que están en la cancha y los que entran como recambios tienen esa idea clara y fija.

Ayer el TRI cayó 2-0 contra Dinamarca en un partido en el cual, el equipo mexicano mostró cierta solidez en el primer tiempo. Cuando los daneses ganaban por velocidad, Guillermo Ochoa daba un manotazo para evitar el gol en contra. Así le quitó uno de Thomas Delaney. Jesús Tecatito Corona y sus dribles jamás le pudieron posicionar de frente a la portería. Héctor Herrera se hizo cargo de la ofensiva en el medio campo, pero el combustible, físico y mental solamente le dio para 45 minutos y fue sustituido por Rafael Márquez. El káiser mexicano ralentizó el juego de México, el capitán no podía alcanzar a los daneses que se le colaban como Christian Eriksen, que terminó siendo un dolor de cabeza e incluso anotando el segundo gol rojo.

El rendimiento del conjunto mexicano en la cancha ha dejado en la afición un en un estado de profunda desazón, a una semana de debutar contra la todopoderosa Alemania de Joachim Löw, el animo y el optimismo respecto al la Selección Azteca escasean. A lo visto en la cancha, se le suma la ya famosa fiesta tras el partido de despedida, fiesta que ha dividido opiniones pero que sin lugar a dudas ha enrarecido en ambiente en torno al “Equipo de todos” que al final, pase lo que pase, seguirá siendo eso el equipo de todos, porque la afición mexicana no deja de ser fiel a pesar de que se le ofrezcan más preguntas que respuestas.

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