El matrimonio es como el demonio

Existen muchas opiniones diferentes con respecto al matrimonio, unos dicen que es necesario, otros que no lo es, en fin, cada quien opina según su experiencia, el matrimonio debe tener sus cosas buenas y malas, pero si uno está en la mejor disposición, no hay por qué ponerse a pensar en algo negativo qué todavía no ha pasado, como dice un proverbio zulú: “no apegues un fuego que no se ha encendido”.

Para no morir en el intento, es recomendable, hacer las cosas con amor, aprender a compartir y comunicarse, las dificultades serán vencidas; recuerda que al sexo masculino debes decirle con lujos de detalles lo que deseas, ellos son como niños, por ejemplo:

En una ocasión, estaba muy enferma (sufro de ataques de asma) y de mal humor, me di cuenta que mi esposo estaba preocupado y él no sabía qué hacer, sólo se le ocurrió preguntarme ¿cómo te sientes? Esto me puso peor y le grite, molesto y confundido se levantó decidido a irse, me di cuenta de inmediato que hice mal, le grité “por favor no te vayas, te necesito, me siento muy mal”.

Esto bastó para que él se frenará y se devolviese a auxiliarme, desde entonces, cada vez que me enfermo, él está allí, consolándome, cuidándome, se siente bien que tu pareja esté para ti cuando más la necesitas.

En ocasiones, las personas no entienden lo que queremos, de allí la importancia de la comunicación positiva, recuerden que una vez dicha una frase no se puede recoger, cada palabra es como vaciar sopa en el río, no hay forma de dar vuelta atrás.