Innovación Salvavidas

Llega un momento en que el ser humano no se identifica con la estratagema que se crea alrededor de los sueños. En los ambientes de creatividad e innovación, se habla mucho del tema de los anhelos y de metas personales. Ocurre en la secundaria, donde ya se observan áreas de tecnología y creación de empresa. Algunos jóvenes no se mueven, con ese sentido de triunfo; sin embargo, observemos la siguiente historia de propósito de vida.

Con sólo 16 años y aun dependiendo de los padres, el joven israelí Eli Beer estudiante en Jerusalén, le gustaba el tema de ser paramédico. Se presentó como voluntario en un servicio de ambulancias conocido en la ciudad. Cierto día se recibió una llamada, donde decían que un niño de 7 años, estaba atragantado con un alimento. Al llegar la ambulancia 20 minutos luego del llamado, aquel niño ya estaba muerto por asfixia.

Quedó paralizado con la escena, dijo que si hubiera un médico o una persona entrenada en primeros auxilios cerca de la zona quizás hubiera llegado a los 5 o diez minutos y lo habría ayudado. Contándole a sus padres, llegó a la conclusión, que ese sistema de emergencias debía ser reestructurado para crear una reacción inmediata. Pidió de regalo un radio con frecuencia policial y así poder probar que tan eficiente podría ser, reaccionar más rápido.

A la semana dedicó un par de horas en la tarde, y alistó su bicicleta, escuchó una llamada cerca de su zona y acudió a los 9 minutos, se trataba de un anciano que sangraba por el cuello. No tenía equipo de primeros auxilios, pero con su gorra presiono la herida y amarró como pudo, cesó el fuerte sangrado. Al llegar una ambulancia 15 minutos más tarde, supo que el anciano tomaba pastas anticoagulantes.

Tres minutos más sin auxilio y hubiera muerto desangrado. ¡Estaba maravillado, había salvado una vida! -Descubrió el propósito de su vida: servir y crear un servicio eficiente de emergencias- Con el paso de los años, el joven Eli Beer, creo -Hatzalá, la moto ambulancia-