Con este ensayo intento crear un choque de pensamientos, entre la educación basada en el entendimiento cultural, con la educación científica, objetiva y critica, intentando generar una disonancia cognitiva en las personas, y que posiblemente se interesen en ampliar su propia verdad a través de la duda.
Las religiones y culturas del mundo deben ser estudiadas desde el escepticismo y no desde el misticismo.
El mundo necesita una educación basada en la ciencia y no en las suposiciones.
El escepticismo permite el libre pensamiento y el desarrollo de nuevas ideas de sustentabilidad.
El misticismo elimina el pensamiento crítico y objetivo, permitiendo las ideas sin comprobación.
Si no aprendemos a dudar de las cosas, siempre estaremos "creyendo" lo que nos dicen.
La duda te permite establecer criterios propios de la personalidad y percepción individual.
Las creencias pasan de generación en generación, está en nosotros verificar dichas creencias.
Dudar de nuestras creencias nos hace conocer nuestras raíces y el porqué de las mismas.
Tenemos que ser objetivos en el entendimiento de la subjetividad humana, para demostrar que la educación es lo más importante.
La objetividad muestra de dónde venimos y la subjetividad imagina a donde podemos llegar.
La educación científica busca la factibilidad y la eficiencia en todos los campos de investigación.
La educación y entendimiento científico no puede ser un privilegio, tiene que ser un deber humano.
Se puede concluir que la duda como principio, permite encontrar de manera individual las mejores formas de desarrollo colectivo y hacer de la educación científica, la forma más viable de establecer criterios de investigación, comunicación y desarrollo de las diferentes interrogantes biopsicosociales que presenta la humanidad.
Jesus Cabrera