“Estas crisis mundiales son crisis de santos.” Así decía un amigo sacerdote ya muerto. Aunque parezca que vamos a tocar un tema religioso, no es así.
El planteamiento central es la problemática mundial de la actualidad que pareciera que los jinetes apocalípticos se desataron por toda la faz de la tierra.
Es un problema que tiene más cabezas que culebras en la cabeza de Medusa… Hambre, guerra, muerte, drogas, ladrones, asaltantes, violadores y asesinos queriendo imponer su injusticia y mil problemas más, como engaño, traición, envidia, odio, enemistad, etc. Esto, lo que genera es confusión y finalmente desánimo. ¿Qué se necesita para enfrentarlo? ¿Quién será el Perseo que corte su cabeza a esta Medusa modelo siglo XXI?
Dentro de las causas actuales, hay quienes han mencionado a la Educación. Una manera de ponerla en al banquillo de los acusados, es decir que no está a la altura de las necesidades del siglo XXI. Asumamos en principio que es cierto. Entonces, vayamos al encuentro de sus tres protagonistas. Pero no para saber su grado de culpabilidad, no; sino para ver cómo pueden aportar soluciones.
1er protagonista: el niño. Quizás, y aunque parezca increíble, la solución pueda estar en manos de un inocente niño, uno en quién ninguna de esas maldades haya podido hacer mella aún. ¿Dónde estará ese niño? La respuesta es con toda seguridad y sin miedo a equivocarnos, en algún aula nuestra.
Pero ¿Quién es e identificarlo entre tantos niños? Esto es más difícil, pero no imposible. La solución… eduquemos a todos los niños tal si fuera el “elegido” con la seguridad de que, entre ellos, estamos educando a quien va a salvar el planeta, por tanto hay que educarlos para cumplir esa misión. Y…se nos ocurre otra pregunta; ¿Podría ser que todos esos niños juntos sean la solución?
¡Eureka! Hemos llegado a una solución magistral. Si educamos a cada niño para ser generador de vida, solucionador de problemas, conservador del ambiente, investigador que quiere dejar el mundo mejor de como lo encontró, sembrador de esperanza. Cuando sean adultos, se empeñarán en eso y lo lograrán.
No estamos hablando del Emilio de Rousseau, que “nace bueno y la sociedad lo corrompe”. Ni el alumno de Sommerhill quién se educa sin normas, pues él solo las adquirirá ¿Sin conocer su utilidad? ¿Quién lo garantiza? Tampoco hablamos de quien ser profesional, gracias a una nación que lo educa, pero no se siente obligado a agradecerle ni pagarle nada a ella por eso.
Hablamos de esa “tabla rasa” de los griegos; del niño respetado y amado de Montessori y otros docentes; de ese ser y su mundo desconocido y avizorado por Piaget y tantos nuevos investigadores; de un niño en fin, cuyos maestros junto a sus padres, construirán al adulto que el mundo futuro necesita.
De él vamos a hacer un hombre virtuoso, buen ciudadano y ético. Un sembrador de virtudes y respetuoso de leyes justas que por tantos años y experiencias, buenas unas y algunas otras poco exitosas, se han forjado como necesarias para la convivencia. Un ser comprometido con la sociedad a la cual él pertenece, con la familia que le da el ser y con el mundo que le da un sitio en la historia. De ese niño deviene el hombre forjador de la sociedad futura.
2do protagonista: el maestro. Pero no podemos pretender que la educación actual lo logre, los resultados hasta ahora nos dan experiencias de todo tipo dentro de una campana de Gauss. Para un proyecto tan delicado y ambicioso, no puede dejarse al azar o improvisación sin sentido. Se necesitan personas idóneas que los eduquen. Esos educadores apropiadamente formados en alguna universidad con mención investigación educativa; serían bastiones de una nueva educación.
Con pensum nuevo que forje al educador necesario, involucrando todas las armas de las cuales se ha de revestir, para, a su vez transmitirlas. Un pensum I+D+i ( I+D+i : Investigación, desarrollo e innovación (habitualmente indicado por la expresión I+D+i o I+D+I) es un concepto de reciente aparición, en el contexto de los estudios de ciencia, tecnología y sociedad; como superación del anterior concepto de investigación y desarrollo (I+D). Es el corazón de las tecnologías, de la información y comunicación. (Wikipedia)) , imperiosamente práctico de inmersión total. Personas elegidas entre muchos de las escuelas de educación y afines.
Además, añadiríamos que el perfil del docente hay que reconstruirlo, basado, no en la figura de quién lo sabe y lo domina todo; sino quién da ejemplo a sus alumnos de investigación en el saber. Y, por qué no decirlo, capacidad de liderazgo y vender ideas y transmitir entusiasmo y aceptar sus errores y corregirlos. Entre otras cosas.
Tal vez comenzar a nivel micro de formar los educadores de unos pocos salones, pues nada harían egresados de esa universidad, trabajando solos y aislados; es deber de la universidad que los educa, conseguir que sean contratados en equipo, para poner en práctica lo aprendido y a medida que se afiance su actividad de aula, ir creciendo. También amerita un nuevo pensum para la escuela y rediseñar el aula de clases; la práctica docente y las técnicas educativas y actividades de aula.
3er protagonista: la familia. Como la educación no es una exclusividad del maestro. Se debe realizar un programa de participación activa de la familia de acuerdo a lineamentos innovadores y específicos de su actividad en el papel ineludible que le corresponde. Ese hecho aduce que a la familia hay que formarla también.
Comenzamos este artículo expresando que estamos en una crisis de santos. No deberían quedar dudas en cuanto a que quienes lideren esta nueva educación, padres y docentes, deben ser moralmente personas exigentes, c/u consigo mismo y luego, mostrando el debido tacto, con el entorno dentro del cual les toque influir. Para poder transmitir esos valores, hay que vivirlos en extremo. Tener autoridad moral. No, sin embargo, se pretende con el epíteto de “santos” personas perfectas, sino luchadores tenaces con un norte ético claro.
Se dijo que no era un escrito religioso. Sólo añadiremos unas palabras de Jesús, por ser muy apropiadas: “A vino nuevo, odres nuevos…”
El tema es extenso, delicado y crucial por los puntos que toca. Tema y protagonistas ameritan profundizar en otros escritos y análisis posteriores.
Por lo pronto, creo que con lo dicho ya hay suficiente tela que cortar.
Duclair (Francia), 29 de agosto de 2018
Autor: Lic. Raúl Zurita [email protected]