¿Cuando escuchas la palabra invertir, lo asocias con dinero? Piensas que un inversionista es alguien que se dedica a mover dinero, mucho dinero. Y dado que tú eres una persona normal que trabaja y tiene los pies en la tierra, aprender a invertir no tiene aplicación ni lógica en tu vida ¿cierto? ¡Falso!
Aunque no compres acciones ni sepas de bolsa y te importen un cuerno los negocios, ya has hecho muchas inversiones en tu vida.
¿Tienes una carrera universitaria? Eso te costó cinco años al menos. ¿Eres bueno en algún deporte? Eso también requirió tiempo, disciplina, incluso dolor físico. ¿Tienes una relación estable? De nuevo: tiempo, voluntad, negociación, esfuerzo.
Si decimos que el dinero no lo es todo en la vida es porque consideramos que hay cosas más valiosas. La salud, la familia, tener tiempo para pasarlo con la gente que amas. Eso lo estás invirtiendo ya. ¿Que tan sabiamente?
Entendamos invertir como gestionar eficientemente un recurso para obtener de él alguna clase de beneficio después de un cierto periodo.
Si estás en una relación que te está costando tiempo que podrías pasar con otra persona o haciendo otra cosa; salud mental, dinero y ni siquiera eres feliz, estás haciendo un pésimo negocio porque podrías obtener el beneficio de ser feliz si invirtieras tus recursos materiales y emocionales (o sea tu personita) de otra manera.
Si pasas 4 horas diarias en el transporte, 8 en el trabajo y en el mejor de los casos otras 8 durmiendo. Te quedan 4 horas para "tener vida" cada día. Amenos que ese sea el trabajo de tus sueños y estés realizando todos tus sueños, no hace falta (creo) explicar mucho para notar que aunque tengas sueldo, es un mal negocio.
Lo terrible es cuando esos malos negocios son nuestra única opción, sin embargo, no es imposible generarte otras alternativas aunque claro, nadie dijo que fuera fácil