No se si alguna vez has sentido una crisis de impotencia. créeme , se siente muy mal. la mayoría de las personas cuando se les habla de impotencia se trasladan inmediatamente a esos momentos que vive el hombre cuando tiene problemas de disfunción eréctil y no se equivocan porque ese concepto se aplica en ese caso. Sin embargo, hoy quiero expresar otro tipo de impotencia, me refiero esa incapacidad que viven algunas personas para realizar algo. sí, esa que sentimos cuando los sueños se frustran, el dinero no alcanza, la persona en la que tanto confío me traiciona, el amor de mi vida se va, sí esa impotencia que vives cada día cuando ves a tu hijo sumergido en una discapacidad de la cual no tiene la culpa y entonces dices, no hay derecho.
Sí esa impotencia que vives cuando has agotados los recursos para cumplir un sueño y éste se viene abajo, es esa exactamente la impotencia a la que hago referencia. esa que no pueden resolver los maestros, los médicos, los psicólogos ni nadie, porque solo tu la sientes.
¿Quien no ha vivido unos instantes esta experiencia?
Dichoso quien no la ha vivido. pero si en algún momento se presenta esa situación en tu vida hoy podría ofrecerte una terapia, sin embargo, hoy quiero dejar unas palabras del creador de la anatomía humana y quien conectó en el límbico todas nuestras emociones, !DIOS!
"Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil y ligera mi carga" Mateo. 11:29-30