Una investigación de McKinsey & Co afirma que “si el índice S&P 500 estuviera formado por las mismas empresas de la lista original de 1957, su rendimiento hubiera sido significativamente menor”. ¿Por qué? Porque las nuevas empresas que se incorporan inyectan al índice la sangre “vital” del mercado.
Teniendo en cuenta tal aseveración podemos implicar que alrededor nuestro se producen cambios, algunos favorables y otros que conspiran contra nuestro rendimiento. Si miramos en retrospectiva seguramente encontraremos épocas en las cuales han ocurrido cambios contextuales, ya sea por transiciones fuera de nuestro alcance o bien por decisiones que tomamos, acertadas o no.
Cuando hablamos de liderazgo estamos pensando previamente en imágenes que se reproducen en nuestra mente sobre una persona, que en la mayoría de los casos, es de inspiración para una masa de seguidores. Pero también quien lidera su vida es alguien que realiza elecciones, las que lo llevan hacia arriba, y de las que en ocasiones se arrepiente.
¿Cómo podemos hacer para mejorar? Seguir el camino decidiendo dar pasos, y no solo en la dirección que nos impulsa a continuar sobre la misma corriente de agua. Como consultor hace algunos años enseñé acerca de las decisiones y trabajamos para hacerlas prácticas, es decir, ir más allá de lo conceptual. Invité a una joven a que tomara una decisión para cambiar su estilo personal, concretamente su peinado. Lo complejo era su contexto de vida y sus creencias. Para mi sorpresa al poco tiempo lo había hecho, había cambiado no solamente su corte de pelo, sino también había cambiado su forma de ver algunos aspectos de su vida. Dió un salto hacia un lugar incómodo, por lo que su nueva imagen implicaría dado su contexto, pero lo eligió y lo hizo.
Si nosotros no hacemos nuestras elecciones tal vez suceda lo predicho en la investigación citada al comienzo, nuestro rendimiento con el tiempo puede decaer, porque tomar decisiones es una parte fundamental del crecimiento. Entendiendo está revelación, es necesario elegir no sólo ante oportunidades y opciones que se presentan, sino aquellas que podemos ocasionar por erosionar nuestro propio statu quo.
Algunas consideraciones de soporte: Podemos elegir? Siempre habrá una oportunidad para decidir con la mirada puesta en un sueño, un desafío mayor o una meta superior. Podemos cambiar nuestra realidad? Si, persevere. No crea en algo preestablecido.
A la acción. Haga pequeños cambios para comenzar si no los ha hecho antes. Comience por vencer los “micro miedos” que le impiden diariamente, por ejemplo, avanzar un paso en la gestión de algún tema en particular, por miedo a alguna reacción del receptor, porque no sabe cómo lo recibirán, porque desconfía de la aceptación de una propuesta, etc.
Hace algunos años los especialistas de General Electric compararon y estudiaron unidades de negocios propias, y de unas 15 empresas que habían tenido rendimientos muy significativos y duraderos. Dicho análisis tuvo especial atención en las personas integrantes y en sus comportamientos. A finales de 2004, llegaron a la conclusión de que los líderes de las empresas analizadas tenían cinco “cualidades para impulsar el crecimiento”: se enfocaban en el mercado, tenían imaginación y creatividad, capacidad de decisión, habilidad para incluir a los demás y una gran experiencia en su área.
Hacer elecciones es un ejercicio que le abrirá la puerta a vitalizar su rendimiento y el de su equipo.
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