El Peluquero

Nuestra madre ha llegado de la peluquería nueva que encontró de camino al balneario; feliz por su perfecto corte, enseña su nuevo look; pero, para dañarse el día está la vecina, a veces imprudente, entregando una herramienta que le han prestado; -la observa y dice: disculpe, mamita, pero quien le corto el cabello se le fueron las luces y las tijeras; te ha hecho aquí atrás un trasquilón de lo más horrible-

Lo contrario le sucedió al peluquero que hizo el corte de cabello al Rey Luis XV; dice la historia que corría el siglo XVI y esta profesión era ejercida sólo por plebeyos; un humilde hombre sabía que su cabeza corría peligro si llegara a trasquilar a su majestad; pero de repente el rey se observó al espejo y dijo: ¡perfecto buen hombre; de hoy en adelante serás llamado y reconocido como caballero! -Ah, dice los historiadores que esto ocurrió un 25 de agosto-

Mi hermana dice que la razón por la cual todos vamos al peluquero, es porque nosotros mismos no lo aprendemos a hacer; es mejor tener a quién echarle las culpas; ¡le pagas a un profesional y, ya está! Quizás por el incidente del rey Luis XV, hoy domingo 25 de agosto se celebre este día especial, a tan importante obra de la peluquería, no por ser de beneficencia, si no por ayudar levantar la autoestima de todos aquellos que cuando se miran al espejo se ven bellos e interesantes.

Pregunta ¿el cabello expresa emociones? Más que emociones expresa personalidad; alguna vez su peluquero le ha dicho: ¡déjame hacer mi mejor esfuerzo para todo combine con tu rostro! ¿sin embargo que se podría decir a los esclavos que los rapaban o pelaban completamente, para que se distinguieran de la clase dominante? La historia también cuenta en sus páginas que los reyes y aristócratas fueron quienes más pudieron alimentar su vanidad, mediante el cabello.

También podemos apreciar, diferentes expresiones mediante el corte o arreglo de cabello; los monjes de la época medieval, que pertenecían a la clase sacerdotal, tenían permitido el uso de su cabello natural; sin embargo, algunos, lo vemos en la película de Martín Lutero; se hacían un corte dejando especie de cúpula en la parte superior; que los distinguía de su vida monástica. A algunas monjas no se les permite mostrar sus cabellos, lo esconden en lo que llaman el hábito de renuncia al mundo secular.

Al analizar los cabellos de las diosas y las efigies de la cultura griega, podemos deducir que las costumbres en cuanto al decoro personal y más en la cabellera, era algo muy determinante en sus costumbres; ya existía el estilismo, y el peluquero; se creería que ya había sido inventada la tijera; pues los nómadas afilaban piedras para lograr hacer cortes; imagínense otro método muy sugestivo, que era el de cortar los excesos de cabellos con fuego.

Las prácticas evolucionaron, quizá para bien o quizás no; Rubén un amigo, se queja del increíble gasto en peluquería que usa de su sueldo su esposa, ¡claro, ella es gerente general! Y doña Nelly en sus últimos días, cada vez que iba a llegar una visita; -que eran a diario- mandaba ir a su peluquero de confianza; para que le hiciera retoques y la peinara; ella siempre lució bonita y bien organizada en su aspecto personal.