Nos pega en el orgullo, pero somos seres a los que le importa la opinión ajena. Es algo con lo que hemos lidiado desde que tenemos criterio propio y lo seguiremos haciendo hasta que estemos tres metros bajo tierra. El objetivo de hoy es mostrar la importancia que tiene la reputación en nuestras vidas. Claro, sin ponerla en un pedestal, bien dicen por ahí: "Cuida los extremos, que no todo es blanco o negro." Nadie quiere terminar como la viuda negra

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"Es de confianza"

Algo en lo no hay mucha discusión, es en que todos deseamos una buena reputación. Ya que ésta puede traernos mejores clientes, alianzas financieras e, incluso, parejas amorosas. Es por eso que no podemos simplemente decir "No me importa lo que digan los demás". Tal vez nos importe poco, que no tiene nada de malo. Sin embargo, para poder avanzar hay que cuidar bien nuestra reputación. Forjarla con sinceridad. Construirla con base respeto propio. Nada de querer aparentar algo que no eres, como cierta amiga arácnida...

La viuda negra

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Era una mujer solitaria. Todo lo que se podía saber de ella, incluso el equipo de redacción trató de investigar más sobre su origen. Fue inútil. Después de haber pasado semanas viendo series de narcotraficantes (de esas con actores sin talento), los ojos se le multiplicaron al escuchar el apodo de la actriz protagonista (que seguramente tenía una "linda amistad" con el productor de la serie). La viuda negra.

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Fue tanto su entusiasmo para ganarse ese apodo, que no durmió 8 días seguidos por investigar cada detalle de aquel arácnido repugnante. Era momento de ganarse el respeto de los demás y mostrarle al mundo su nueva faceta. Cuando iba a restaurantes, solo se sentaba a comer los insectos del lugar, desde cucarachas hasta perseguía las moscas de la basura. En algunas ocasiones llegaron a contratar en lugar de llamar a los fumigadores. Como pokemon, ya no podía decir una palabra diferente a su nuevo apodo. Aún nadie le decía “viuda negra”.

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Había intentado los planes de la A a la Y, su cerebro arácnido estaba a punto de explotar. El Z el más arriesgado, no le importó. Sedujo a más de 64 hombres, de último momento, algunos se espantaban por sus besos con aliento a bichos, otros no les llamaba mucho la atención estar con alguien de 8 ojos, pero los que caían nunca olvidarían esa noche.

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Al llegar a su casa, se encontraban en un cuarto perturbante pero terriblemente acogedor. El sexo era increíble, los hombres lo hicieron con tanta pasión, casi como si supieran que iban a ser asesinados al final de la noche. Con la sangre y heces de cada hombre muerto, escribía en la pared con un pulso desesperado de reconocimiento “soy la viuda negra”. Incluso dejó ser arrestada para salir en los medios, los policías tuvieron que crear unas esposas especiales para sus ocho extremidades.

Ella pensó que tal vez le harían películas, libros y hasta un documental en netflix. Las escenas eran asquerosas. La humedad del aire en su cuarto era una putrefacción espesa, no podías olerla sin que la garganta se te secara. Sin embargo, nadie entendió por qué lo hizo, solo le llamaron “la loca que comía bichos”

Ya se nos está acabando la tinta para redactar. Así que escogeremos sabiamente nuestras últimas palabras...somos la viuda negra.

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Por lo pronto, es momento de conocer tu opinión:

• ¿Cuándo fue la última vez que creías que todos estaban poniendo atención a pero no era así?
• ¿Cuál fue la última ocasión en donde pensaste que todo te iba a salir bien por el simple hecho de ser tú?