DANNA, La muerta alma de la vecina

¡Simplemente pude haberme quedado en casa!, ahora no sé qué hago caminando en medio de este prado lleno de sombras y a plena medianoche.

Solo por aceptar la invitación de un par de desconocidos, aunque admito que mi interés era DANNA, esa chica de ojos centellantes, sus labios color negro gótico y ni hablar de su cabellera azabache hasta la cintura.

Una fiesta de Halloween en una casa de campo. ¡Vaya!, aquellos chicos me dijeron: No te hace falta disfraz... ¡Solo dibuja una cruz en tu frente!, será tu pase de entrada.

Aún debía llegar hasta el puente, pero no veía el momento de culminar aquel largo camino. El espeso de los árboles, las luciérnagas y los grillos, eran dueños del ambiente nocturno.

DANNA, DANNA, se repetía en mi mente, ¡creo que nunca me dijo de qué parte era!, ni con quién andaba, supongo que es la chica de tipo solitaria que busca la aventura en medio del baile.

Ha llegado tu día... ¡Linda conejita!, tomaré tu traje de látex y tu larga cabellera solo para mí; espero develar tu profundo misterio y arrancar con mis labios, lo que guarda tu negro corazón...

¡Al fin!, estoy en el puente, por poco lo he pasado, las nubes ocultaron el brillo de la luna, apenas puedo ver a un metro de mis narices. ¡Este puente se balancea y hace crujidos!, mejor me sujetaré a la cuerda, porque no veo ni mis pasos.

_ De repente un chillido ensordecedor_, acto seguido caí en medio de las tablas podridas del maldito puente colgante. ¡Santo Dios!, qué ha sido eso, me arrastré despacio tratando de terminar el cruce, luego frente a mí, al ras del suelo, vi unos ojos brillantes mirándome fijamente al rostro.

No supe exactamente que era, pero al levantarme, en mi camino, se cruza un gato negro... y salta sobre mí, me araña la cara una y otra vez, hasta que logré arrancármelo con las manos y pegarlo contra el suelo, mil veces. Por fin dejó de chillar y descubrí que ya estaba muerto.

Asombrosamente, luego de enfrentarme con el maldito gato, ya estuve frente a la cabaña, ese era el sitio donde nos encontraríamos.

Mi ropa estaba deshecha, aquel gato negro me dejó una marca en forma de cruz, justo en medio de la frente...

Al acercarme a la entrada, una mujer vestida de negro y con larga cabellera blanca, permanecía sentada en una mecedora, a su lado una mesita con una vela encendida.

El único haz de luz en el oscuro y húmedo ambiente, repleto de telarañas, polvo y bichos que parecían langostas o escarabajos, no sé qué eran en realidad, pero caminaban por el piso y las paredes como espantados por el depredador.

La anciana me dijo: la puerta no se abre..., ¡Yo vivo aquí cerca! Solo soy una vieja solitaria, esperando colocar esta vela en alguna calabaza.

Entonces comprobé que aquella casa estaba clausurada y no había forma de entrar.

Amablemente me acerqué, y le dije: Vengo por mis dos amigos, ellos deberían estar esperando en este lugar, íbamos a tener una fiesta.

No sé de que me hablas, no hay nadie a tu lado..., me dijo la señora, pegándome un grito sin motivo alguno.

Yo traté de calmarla, pero ella se levantó y desapareció ante mis ojos al tiempo que apagó la vela encendida...

Solo escuché su último susurro que decía: Hay una cruz en tu frente, ahora es tu turno de sentarte en esta silla, tienes una hora antes de morir...

¡Simplemente pude haberme quedado en casa!, ahora no sé qué hago sentado en frente de esta cabaña llena de sombras y a plena medianoche. Solo por aceptar la invitación de este par de desconocidos, y DANNA...

Han pasado cientos de años, todavía llevo esta cruz en la frente y aún espero que ella vuelva con su vela encendida, DANNA, a pesar que nunca mencionó su nombre, estoy seguro que la muerta alma de la vecina... fue el motivo por el cual vine aquí.

Autor:
@nachomolina

Agradecimientos a:
@bert0
&
@emeeseese

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Fuente de imágenes:
Vector rama seca
Separador Murciélago
Puente colgante
Gato negro
Vector calabaza
Vela encendida
Mansion halloween