No es ningún secreto que me gusta la pesca, la he practicado toda mi vida y en los últimos 25 años me he dedicado con ahínco a la modalidad denominada “flyfishing” o si lo prefieren en español “pesca con mosca” o “pesca a la mosca” como le dicen los españoles.
Esta modalidad nació hace muchísimos años, en realidad no se sabe con certeza cuando comenzó a practicarse pero si se sabe de libros que mencionaban las técnicas y hasta la confección o atado de moscas que provienen del siglo XIII.
Esta particular forma de pescar nació en Inglaterra y como muchas otras cosas surgió de la observación del comportamiento de los peces al alimentarse; se veía que los peces de agua dulce asomaban sus bocas a la superficie de los ríos y arroyos y comían los insectos que se apoyaban sobre el agua, hasta llegaron a ver peces tan voraces que saltaban fuera del agua para atrapar insectos que sobrevolaban cerca de la superficie.
Su primera reacción fue capturar algunos de esos insectos y ensartarlos en sus anzuelos para luego proceder a lanzar al agua ese engaño, pero prontamente se dieron cuenta que había varios inconvenientes que atentaban contra el uso de esa "carnada": 1) capturar insectos voladores no era tarea fácil, no al menos en la cantidad necesaria como para pasar una jornada de pesca y 2) ensartar insectos en un anzuelo tampoco era sencillo, muchos eran tan pequeños y endebles que se deshacían o rompían cuando se los pretendía clavar en esos hoscos anzuelos de aquella época, muchos de los cuales estaban hechos con hueso de algún animal.
Entonces a alguien se le ocurrió la idea de imitar los insectos con pelos de mamíferos y plumas de aves atados directamente sobre el anzuelo y así nació el atado o confección de moscas artificiales. Esas imitaciones dieron un extraordinario resultado y aparecieron especialistas en el atado de moscas artificiales.
En ese momento a nadie se le ocurrió ver qué pasaba debajo de la superficie y las únicas imitaciones eran de insectos en su último estadio, es decir adultos alados, muchos años después se dieron cuenta que los insectos nacían y se desarrollaban debajo del agua y solo salían a la superficie y volaban para el apareamiento pero los peces se alimentaban de ellos en cada una de sus etapas de la evolución. Así nacieron imitaciones de larvas, pupas y ninfas.
Con el paso del tiempo observaron que los peces no solamente se alimentaban de insectos sino que también lo hacían de alevinos y crías pequeñas (a veces no tan pequeñas) de otros peces, de su misma y también de otras especies, de esa manera nacieron moscas que imitaban pequeños peces, crustáceos y también insectos terrestres como grillos, orugas y hormigas.
A mi me apasiona atar imitaciones y esta que les presento aquí la bauticé con el nombre de Canario en clara alusión a su color predominante, es un “streamer” es decir un artificial que imita un pequeño pez. Para su confección he utilizado pelos largos (de más de 10 centímetros) de fibras sintéticas y plumas naturales de gallina teñidas de amarillo. Los ojos son de tungsteno y pesados, en alguna época se utilizaban de plomo hasta que alguien pensó que el plomo es contaminante y su confección se sustituyó por un material que no contamina.
Les muestro la mosca recién atada y luego de quitada de la línea para que vean como queda mojada, con ella he pescado algunos peces nacionales denominados “dorados”, una especie muy voraz y combativa.
Las fotografías son de propiedad
Héctor Gugliermo