Carcacha

Solíamos sentarnos a conversar con mis amigos después del trabajo y la facultad en la esquina de Palos y Olavarría, en el por entonces tranquilo y familiar barrio de La Boca del Riachuelo.

La época de estos encuentros fue la década de 1970, prácticamente entera, salvo quizás en los dos últimos años cuando después del golpe militar todo cambió, no solamente en el querido barrio de mi infancia y juventud sino en todo el país.

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Para aquellos años la “barra” de amigos estaba compuesta casi en su totalidad por ex compañeros de la escuela secundaria, habíamos terminado ese ciclo en 1972 y la costumbre de reunirnos había comenzado un par de años antes; aunque cada uno comenzó a tomar distintos caminos tanto en el estudio universitario como en sus trabajos y noviazgos, la tradición de reunirnos en la esquina perduraba.

El lugar invitaba a sentarse cómodamente, las vidrieras del local de la esquina tenía unas salientes que eran ideales. Por ese entonces funcionaba una farmacia y eso era una gran suerte porque los escaparates de ese tipo de negocio generalmente son aburridos e insípidos, casi nadie pasa por una farmacia y se queda a ver los productos que ofrecen, menos en aquellos años donde las boticas solo vendían remedios. Estoy plenamente convencido que si el comercio hubiera sido de venta de ropa o zapatos no nos hubieran permitido sentarnos allí y quizás ahora estaría hablando de otra cosa.

Volviendo al tema principal, como dije, casi todos los que habitualmente concurríamos habíamos sido compañeros en la escuela secundaria, pero no todos, recuerdo principalmente a tres que se unieron a la tertulia por otras causas: Juan Carlos alias “Pepe jueves” que debía su apodo a que siempre estaba en medio de cualquier conversación, salida o juego, “juanca”, simpatizante de River Plate (el único en todo el grupo), lo llamábamos así para diferenciarlo del otro Juan Carlos y estaba en el grupo porque había sido compañero de la escuela primaria de varios integrantes y además porque tenía una bella hermana a la que varios querían de novia; por último estaba “Carcacha”, de este personaje deberán disculparme por no saber su verdadero nombre, aunque intenté hacer memoria y hasta consulté a varios ex integrantes del famoso grupo, nadie lo recordaba, tampoco el porqué de su apelativo, lo que sí sabemos es que ya venía con el apodo, no se lo pusimos.

Carcacha era varios años mayor que nosotros, no tenía relación previa con ninguno y tampoco tenía una hermana, al menos una que nosotros conociéramos así que su aceptación en el grupo es aun hoy en día un misterio sin explicación.

Venía de la provincia de Entre Ríos, era rubio de ojos verdes y pelo ensortijado, probablemente descendiente de la inmigración alemana que se afincó en esa provincia a principios del siglo XX. Todo su aspecto indicaba que era un hombre de trabajo rudo, albañil, peón rural o mecánico, nunca habló demasiado sobre eso. Le encantaba escucharnos conversar sobre diversos temas, daba la impresión de que necesitaba estar con gente más culta que la que había frecuentado hasta entonces.

Parecía disponer siempre de dinero y en varias ocasiones ofreció ayudar a alguno que estaba sin trabajo o que le faltaba para alguna salida o para comprar un libro para la facultad que no podía costear.

Siempre sospeché que le gustaba la bebida aunque a fuer de ser sincero jamás se presentó borracho, era solo por su aspecto que llegué a esa conclusión y varios amigos tenían dudas similares, quizás fuesen ideas nuestras, discriminatorias por cierto, pero era lo que pensábamos en ese momento.

Un día dejó de venir o mejor dicho desapareció, nunca más volvimos a verlo ni a saber nada de él. Por esa época ya había una guerra no declarada entre los militares en el poder y los guerrilleros, las dudas sobre su integridad física nos asaltaron a todos.

No mucho tiempo después desapareció Juanca, no nos extrañó la novedad porque de él si sabíamos que estaba con un grupo politizado de la facultad de medicina donde cursaba sus primeros años.

Es el día de hoy, muchos años después, que continúo preguntándome si Carcacha fue un desaparecido más o por el contrario fue un espía que buscaba detectar adeptos a esos grupos de jóvenes idealistas, varios de los cuales pagaron con su vida las consecuencias de una época funesta de la historia argentina.

Héctor Gugliermo

@hosgug