No tengas miedo si en algún momento transitas el lado oscuro de tu luna, estos caminos a veces son parte de la vida. Altos y bajos; oscuros y claros, todo es un ciclo. Lo que hoy nace, quizás mañana muere y la muerte que conozco aunque es oscura a mis ojos físicos, es la apertura a otra vida cargada de una promesa de luz.
A veces esos lados oscuros nos están indicando el fin de una etapa, la conclusión de un momento que llenaste hasta la saciedad y la vida en su caprichoso andar nos envía por un receso introspectivo en el que tenemos que dominar a miedos ocultos para llegar al próximo nivel.
Aunque lleno de temor y en algunos momentos estés pidiendo ayuda al cielo, vive seguro y sereno, es contradictorio, pero no hay otra manera. La tranquilidad del alma es la gran vencedora de la oscuridad, ante ella, no le queda más que correr su velo y desintegrarse, para dar paso así al nuevo ser que engendrado desde tu interior le llegó su tiempo de nacer.
No queda más remedio que ser tú, indómito, domador de tus demonios, pleno, dócil ante la mirada del Padre Creador, impenetrable ante cualquier fuerza que te quiera dominar para hacerse de las suyas con tus sueños y talentos.
Forjado, probado, explorado, derrotero de la oscuridad, la luz de tu alma es la llave a la libertad y después de tanto andar, batallar y librar el lado oscuro de tu luna no volverá más.
