No somos perfectos, ni máquinas sin sentimientos, sufrimos todos, hacerse el fuerte a veces tiene sus ventajas, no lo niego, pero hacerlo por mucho tiempo no resultar saludable.
Cuando somos niños deseamos ser adultos, por muchos motivos, en mi caso porque quería trabajar, ayudar a mi mamá para que no tuviera que estar siempre en la calle trabajando y pudiéramos pasar más tiempo juntas, quería darle todo lo que estuviera a mi alcance, que no tuviera limitaciones, las mismas que veía padecer mientras iba creciendo, por la economía, por la falta de ayuda y malas decisiones de mi padre, en fin, el punto es que ahora la situación económica está peor que en aquellos momentos.
Fuente
Desde hace varios años la situación ha sido así, pero nunca antes me había pesado de esta forma como ahora, creo que me hice la fuerte por tanto tiempo que ya no recordaba como dejar de serlo. Me asusta darme cuenta que todo depende de mí, de mi trabajo, de mi motivación para continuar haciendo algo que ya no me llena (mi trabajo), antes podía darme el lujo de renunciar y esperar a que llegara algo más que me satisficiera, pero ahora las cosas son diferentes; ¿qué tanto puede asustarte un deseo hecho realidad?, es la pregunta que ha rondado mis pensamientos por varias semanas.
No esta mal hacerse el fuerte, pero tampoco esta bien olvidar como dejar de serlo.
Cuando somos niños deseamos ser adultos, por muchos motivos, en mi caso porque quería trabajar, ayudar a mi mamá para que no tuviera que estar siempre en la calle trabajando y pudiéramos pasar más tiempo juntas, quería darle todo lo que estuviera a mi alcance, que no tuviera limitaciones, las mismas que veía padecer mientras iba creciendo, por la economía, por la falta de ayuda y malas decisiones de mi padre, en fin, el punto es que ahora la situación económica está peor que en aquellos momentos.
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De una forma absurda estaba cegada a mi realidad actual; mi sueño se hizo realidad, ya no soy una niña, ahora todo mi entorno depende de mí: la comida, los gastos inesperados, las cuestiones de salud, ¿qué tanto puede asustarte un deseo hecho realidad?, pues no lo sabia hasta ahora.
Desde hace varios años la situación ha sido así, pero nunca antes me había pesado de esta forma como ahora, creo que me hice la fuerte por tanto tiempo que ya no recordaba como dejar de serlo. Me asusta darme cuenta que todo depende de mí, de mi trabajo, de mi motivación para continuar haciendo algo que ya no me llena (mi trabajo), antes podía darme el lujo de renunciar y esperar a que llegara algo más que me satisficiera, pero ahora las cosas son diferentes; ¿qué tanto puede asustarte un deseo hecho realidad?, es la pregunta que ha rondado mis pensamientos por varias semanas.
No esta mal hacerse el fuerte, pero tampoco esta bien olvidar como dejar de serlo.