Considerando la premisa «Nos comunicamos no solo con las palabras», por qué somos tan escasos al aplicar otros elementos. ¿Cuánto expresa una caricia, una mirada sensual, intrigante o pícara? . ¿Qué poder tiene una palabra dicha con ternura y sinceridad? Si es tan fácil mantener cautivo el corazón del ser amado, dando rienda suelta a la creatividad del Amor manifiesto en diversas formas , por qué nos frenamos y damos fuerza a sentimientos o argumentos que nos separan. Son círculos viciosos que se presentan en una pareja y sobre los cuales vale la pena reflexionar.
Una relación se nutre o se deteriora, según cómo se le trate. Quien desnuda el corazón y dice lo que siente promueve un diálogo efectivo, favoreciendo estrechar lazos y facilita el establecimiento de acuerdos sólidos con su media naranja. Sin embargo, sucede lo contrario con quien pretenda fundamentar sobre la mentira su relación matrimonial, pues verá más temprano que tarde, la pérdida de la confianza y la estabilidad conyugal.
Lo paradójico está en la frecuencia con que se presentan casos de hombres y mujeres lastimados y heridos, ante el engaño de aquel o aquella en quien confiaban. Siempre hay que estar atentos a los elementos que debemos rescatar, evitemos a toda costa ser presa de lo que nos puede separar.
Por el AMOR vale la pena luchar.