Llega a su fin un año sembrado de escollos y de malaventuranzas. Mi proyecto SIG Ferrocarriles Argentinos, que a principios de año obtuvo donaciones importantes, se encuentra en un período de parálisis e incertidumbre debido a la crítica situación económica del país, que impide a muchos de sus suscriptores continuar con los aportes económicos mensuales, imprescindibles para llevar a cabo los relevamientos y las investigaciones. Ni hablar de los costos fijos (internet, hosting, dominio, electricidad y viáticos).
A su vez, la policía recibió instrucciones de no permitir ningún tipo de fotografía ya sea dentro o en cercanías de cualquier instalación ferroviaria, con lo que mi tarea documental se encuentra ante el doble albur de la falta de medios y la falta de libertad individual.
Mi estrategia para 2019, con respecto a mi proyecto, es volver a buscar fondos en el exterior —puntualmente entre los inversores de criptodivisas¸que tan generosos se mostraron en enero y febrero— y apostar a medios de difusión alternativos como Steemit, en donde puedo obtener fondos adicionales. No descarto, tampoco, la monetización del sitio web del proyecto mediante publicidad (aunque pienso hacerla lo menos invasiva posible). Tal vez busque patrocinadores oficiales.
Mi decisión es la de abandonar progresivamente Medium para volcarme a esta plataforma; tengo variadas razones para hacerlo, pero la más importante es la económica. No sólo la utilizaré para publicar cuentos y otros recursos literarios; también será el órgano principal para lanzar anuncios y noticias (hasta tanto el blog del proyecto esté completo).
Nos vemos aquí, entonces. Que este 2019 sea tan auspicioso como nocivo fue el año que termina.