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Lea "Perdido"/"AOIA"/"Adormecidos"/"Despiertos" primero
Tristan masticó la raíz seca que había empacado como aperitivo. El sabor a tierra era molesto, pero era algo a lo que estaba acostumbrado. No había muchas opciones cuando se trataba de comida en estos días. No estaba seguro de poder recordar un momento en el que las hubiese.
Cuando colocó su mano sobre el suelo para verificar las vibraciones, pudo sentir que la tierra estaba aún caliente por el sol del mediodía. Con los ojos cerrados, se centró en el mundo que lo rodeaba, tratando de ignorar los latidos de su propio corazón.
Nada. Él curvó los labios en desaprobación. Había pasado un tiempo desde que una manada de bisontes había venido por estos lados, y aún más tiempo desde la aparición de cualquier otro mamífero más grande. El desierto se volvía más seco cada día y todo tipo de animales parecía intentar huir, incluso aquellos que se adaptaban a tales circunstancias.
Tristan no podía culparlos. Si tuviera otra opción, huiría también. Pero al igual que con la comida, no había otra opción para él con respecto a su hogar. Al menos no una real.
Con un suspiro profundo y sobreexigido, se levantó del suelo y estiró los músculos de sus hombros. Buscar comida todo el día le había pasado factura, incluso a él. Y ahora, cuando el sol se ponía, sintió la necesidad de irse a casa.
El sol poniente ya no estaba tan caliente y Tristan sabía que las temperaturas bajarían rápidamente después de que el último atisbo de luz se hubiera desvanecido. Necesitaba apurarse.
Los metros se convirtieron en kilómetros mientras trotaba a través del desierto oscuro. Cuando el sol finalmente tocó el horizonte, llegó al pequeño asentamiento que su comunidad había fundado alrededor de un oasis. Cuando llegaron por primera vez, todo había sido mejor de lo que nadie se había atrevido a imaginar. El agua había sido de un azul cristalino, las palmeras proporcionaban sombra y comida, y manadas de animales más grandes pasaban de vez en cuando.
Tristan solo sabía esto por historias. Cuando nació, hace 34 años, el agua ya se había vuelto marrón fangosa y las palmas se estaban muriendo. La situación no había mejorado durante sus tres décadas de vida, por el contrario. La gente se moría de hambre, y siendo realistas no había nada que pudieran hacer.
Su llegada no atrajo mucha atención. Los exploradores probablemente lo habían visto hace mucho tiempo y le dijeron a todos que no traía comida. La desilusión que llenaba el aire casi se manifestó físicamente y Tristan sintió que lo arrastraba hacia abajo.
Habían pasado dos semanas desde que se habían quedado sin comida fresca. Dos semanas sin más que raíces secas.
Sus pasos eran pesados cuando entró en su pequeña choza.
"¿Joy?" Dijo en voz baja. "¿Estás despierta?"
Una pequeña sombra se sentó en una de las camas.
"¡Tristan, has vuelto! ¿Cómo estuvo la caza?" La voz áspera de su hermana pequeña clavó una daga en el corazón de Tristan. Ella había nacido cuando él acababa de cumplir 24 años y técnicamente era solo su media hermana. Cuando su madre murió durante su adolescencia, su padre había tomado una nueva esposa y había intentado tener tantos hijos como le fuera posible. No muchos bebés vivían más allá del primer año, por lo que era responsabilidad de todos asegurar el futuro de la comunidad.
Tristan no pudo hacer eso. Por alguna razón, parecía ser completamente infértil. Y Joy, la frágil y enfermiza Joy... La única hija que su padre tuvo, aparte de Tristán. Su madre había muerto durante el parto y, como resultado, su padre se suicidó, dejando a Tristan al cuidado de la recién nacida.
"Lo siento, Joy. Hoy tampoco hubo suerte." Le dijo a su hermana y se sentó en la cama, junto a ella. "Tal vez tendré más suerte mañana."
"Estoy segura de que la tendrás," dijo con una amplia sonrisa. "¡Y si no, puedes ir a la ciudad!"
"¡Joy!" La ira resonó en la voz de Tristan. "Sabes que no puedo ir a la ciudad. Fue algo de una sola vez."
Joy hizo un puchero, pero él la ignoró. No podía caer en eso, no podía poner en peligro su vida por segunda vez. La primera y única vez que había entrado en la ciudad, había sido para encontrar un medicamento para Joy, cuando ella estaba a punto de morir a causa de una fiebre intensa.
Él no había tenido otra opción.
"Saldré a buscar tu ración de comida para mañana." Dijo. "Regresaré en unos minutos."
Tristan había salido por la puerta antes de que ella pudiera decir algo más. Sabía que ella le pediría que buscara algo más que raíces. Ella apenas podía masticarlas. Pero no había nada más y tener que decirle que no, era algo que lo lastimaba profundamente.
"¡CORRE!" Tristan se estremeció y casi tropezó con una piedra cuando Mathilda, una de las exploradoras, apareció de la nada y le gritó a la cara. "¡Nos encontraron! ¡Necesitamos evacuar!"
"¿Quien? ¿Quién nos encontró?”
"¡Los androides, están aquí!" Y Mathilda huyó.
Los androides. Soldados de uno de los dos gobiernos que habían gobernado la tierra durante 200 años. Finalmente los habían encontrado.
Más rápido de lo que hubiera esperado, Tristan dio media vuelta y regresó corriendo a su casa. De regreso a Joy. Tendría que cargarla. No estaba seguro de si sería capaz de hacerlo, pero tenía que hacerlo. No podía dejarla sola.
"¡Joy! ¡Tenemos que irnos, ahora!"
Sus ojos necesitaban un momento para adaptarse a la casi completa oscuridad de la cabaña, por lo que no se dio cuenta inmediatamente del invasor.
Una figura alta y humanoide estaba de pie justo frente a él, examinándolo de pies a cabeza.
"Eres el hermano que ella mencionó", dijo la figura. "Eres Tristan. Tu hermana dijo que eres un buen humano, no como aquellos que solo quieren matarse entre ellos. ¿Es eso correcto?"
Tristan no pudo moverse. No podía respirar. Cada fibra en su cuerpo le gritaba que solo se diera la vuelta y corriera. Pero Joy… No podía dejar a Joy.
"¿Qué eres?", Preguntó.
"Soy un AOIA, un Androide Orgánico de Inteligencia Artificial. El único con total libre albedrío. Puedes llamarme Erin. Ahora, ¿te unirás a nosotros en nuestra búsqueda para hacer de este mundo un mejor lugar para vivir?”
El Androide extendió su mano hacia Tristan.
No había elección. No realmente.
Él tomó la mano y la estrechó.
Traducido por @kex
Que bueno tenerlos de vuelta. Como yo, seguro que muchos extrañaban estas historias @suesa-spanish... Veamos entonces que les depara el futuro a Tristan y Joy
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Ya extrañaba las historias, no se pierdan.
¡Erin apareció!. Esperemos otras aventuras de Joy ytristan.
Excelente entrega. Me dio ansiedad por el hambre de estos seres . Exitos
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Excelente reinicio, @suesa-spanish complace a sus lectores con la reaparición de Erin, nos espera seguramente otra gran historia con Tristan y Joy.
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Genial gran escena ¿que futuro le espera a Joy y Tristan. Gracias por esta nueva entrega y éxitos @suesa-spanish
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¡Que fortaleza, mantenerse por tanto tiempo comiendo únicamente raíces!
Me aventurare junto a Tristan y Joy
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Gracias Suesa por esta nueva historia. Esperare ansioso por ver como continua
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