Hablar de Filosofía muchas veces es tedioso, ya que hay cierta tendencia generalizada de abusar de este término, quizás esto se debe a haber dejado de lado su origen. Para los griegos los conceptos son aquello que significan, por eso es importante que volvamos a la misma etimología de la palabra para comprender de que se trata cuando hablamos de filosofía. De allí veamos su posición dentro de los grados del saber que son aceptados de modo clásico por todos, el cual lo encontramos en el símil de la línea de Platón.
Este término está compuesto de dos palabras griegas phileo y sophia, es decir, amor a la sabiduría, este amar a la sabiduría no es una reflexión apresurada en los griegos, pues está en lo más elevado del conocimiento humano.
Así, la enmarca Platón en la presentación de los grados del saber: la filosofía está dentro de la epísteme, así como el pensamiento discursivo, que la anteponen a las creencias y conjeturas, que están dentro de la doxa. Pero, mejor veamos lo que dice el mismo Platón sobre los grados del conocimiento en su obra “República”, después de haber dividido los grados del conocimiento, tal como lo hemos dicho más arriba, él mismo dice:
«Entendiste perfectamente: ahora aplica a las cuatro secciones estas afecciones que se generan en el alma; inteligencia, a la suprema; pensamiento discursivo, a la segunda; a la tercera asigna la creencia y a la cuarta la conjetura; y ordénalas proporcionalmente, considerando que cuanto más participen de la verdad tanto más participan de la claridad.»
El contexto no es otro que el tema del papel de los filósofos en la vida de la polis, después de demostrar que el filósofo es el que ama a la sabiduría , porque busca las cosas en sí, la verdad y no de la opinión .
Por ello en lo que nos centraremos en estos momentos es en el ordenamiento es de acuerdo a la participación en la verdad. Pues, Platón antes de la gradación del saber habló de la analogía entre el sol y la verdad. Por eso, ha dicho lo siguiente:
«Del mismo modo piensa así lo que corresponde al alma: cuando fija su mirada en objetos sobre los cuales brilla la verdad y lo que es, inteligible, conoce y parece tener inteligencia; pero cuando se vuelve hacia lo sumergido en la oscuridad, que nace y perece, entonces pina y percibe débilmente con opiniones que la hacen ir de aquí para allá, y da la impresión de no tener inteligencia.»
Por lo tanto, para Platón la Idea del Bien es la causa de la ciencia y la verdad, y por ello, la verdad es sabiduría, y hace posible conocer las cosas. Esto en filosofía del conocimiento es el clásico concepto de «evidencia», que permite que las cosas puedan ser conocidas, y también hacen que sean verdaderas en sí misma.
Pero, ahora analicemos el concepto de filosofía, porque solo de esa manera estaremos preparados para abordar el tema de la filosofía como buscadora de la sabiduría. Puesto que, ya hemos visto que la filosofía con respecto a la teoría del conocimiento es la inteligencia; en cuanto se le relaciona a las facultades del alma, que está destinada al conocimiento supremo. En otras palabras, la filosofía como parte del conocimiento es el amor, es decir la tendencia a la sabiduría y el filósofo se convierte en amante de la sabiduría y por ende, respetuoso y defensor consecuente de la verdad, el bien, la belleza y la justicia.
Ciertamente, la palabra «filosofía» tiene un comienzo, porque es un hecho que los presocráticos no conocieron el adjetivo «philosophos», ni el verbo «philosophein», por ende, les era desconocido el término «philosophia». Esta palabra aparece en siglo V, la época de Sófocles, Eurípides, pero sobre todo de Heródoto. Este historiador, recoge un relato del encuentro de Solón y Creso, rey de Lidia, quien en un discurso de elogio se admira de la «sophies», sabiduría.
Pero, en particular por su «gusto por la sabiduría», que lo relaciona con su deseo de ver, en el sentido de conocer. Porque, desde la época de Homero el compuesto «philo» designaba una disposición a consagrarse a una actividad, eso era lo que decía Creso de Solón, es decir amor a la filosofía, eso era el filósofo. Así, se convierte en un ser consagrado a la sabiduría. Esta es sin lugar a dudas su vocación, dedicarse a la filosofía