Área de la Filosofía.
La filosofía del Derecho: claves e implicación en el marco normativo
La Filosofía busca establecer los principios generales que organizan el conocimiento de la realidad del ser humano y el sentido de sus acciones.
La filosofía del Derecho: claves e implicación en el marco normativo
La filosofía del Derecho constituye una rama jurídica propia —y para los filósofos, una rama de la filosofía— en la que el Derecho da la mano a otras disciplinas humanas y sociales, como la filosofía, la historia o la teología, pero con un carácter propio que la dota de especificidad y la cualifica como rama del conocimiento independiente. ¿Quieres saber más acerca de la filosofía del Derecho?
Si la filosofía podemos entenderla como la aspiración por estudiar y encontrar categorías universales y abstractas, la filosofía del Derecho la podemos entender como el estudio completo del fenómeno jurídico en la sociedad de forma abstracta y sin referencia al hecho concreto.
Es decir, la filosofía del Derecho estudia cosmovisiones de lo jurídico, con lo que intenta ofrecer una visión global del fenómeno jurídico, incluyendo sus diversas dimensiones (institucional, normativa, social, moral, etc.). En este sentido, la filosofía del Derecho responde a tres grandes preguntas: ¿Qué es el Derecho? ¿Cómo debería ser? ¿Cómo lo conocemos?
Por su parte, las distintas escuelas filosóficas —el iusnaturalismo, el positivismo, las escuelas marxistas, la teoría de los sistemas, visiones analíticas y semiológicas, estructuralismo o las teorías de la argumentación entre otras— vienen a construir un modelo jurídico ideal para su propia visión de la sociedad y en base a sus propias categorías. Así pues, cada gran maestro manifiesta su singular cosmovisión, en ocasiones contradictorias, pero igualmente sugerentes y llenas de potencial.
De lo abstracto a lo específico
El sistema jurídico de un Estado se configura a través de las normas, valores, actitudes e ideologías o corrientes de pensamiento que comparten mayoritariamente sus ciudadanos y se desarrolla y adapta para perfeccionarse a medida que se producen cambios sociales, políticos y económicos.
Esta estructura jurídica se apoya en conceptos tanto concretos —¿qué es un contrato?— como de carácter más general, pero que sirven para configurar todo el sistema jurídico: desde la definición propia del Derecho y para qué sirve, a los conceptos de norma jurídica, soberanía y su configuración, ciudadano como sujeto de derechos, o términos como ilícito, por poner algunos ejemplos. Asimismo, todo Derecho supone la realización de ciertos valores sociales, a veces plasmados explícitamente en él y, en otras ocasiones, implícitos.
La filosofía del Derecho constituye el motor que lleva a la mutación del ordenamiento, al nacimiento de nuevos derechos, a la mutación de las prioridades de una sociedad y de su organización jurídica y política. En este sentido, cabe señalar que los Derechos Humanos son una construcción abstracta de origen filosófico, donde el concepto de lo justo procede de categorías previas, siendo lo jurídico un resultado histórico del conjunto de categorías filosóficas de una sociedad.
Funciones de la filosofía del Derecho
Primero, define y supervisa los conceptos jurídicos y métodos que articulan todo el sistema legal; segundo, sirve como guía para la interpretación correcta de todo el cuerpo legal y para la revisión crítica del mismo.
abogado
Es decir, la filosofía del Derecho va más allá del contenido y conceptos de una rama específica, como puede ser el Penal o el Civil, para observar de forma global el sistema jurídico y establecer las definiciones y conceptos generales que son necesarios para estudiar en profundidad cada una de las disciplinas jurídicas. Más aún: intenta establecer los rasgos y fundamentos que tiene el fenómeno jurídico en general, más allá de su plasmación concreta en cada ordenamiento.
Por ejemplo, los filósofos del Derecho se encargan de definir en sus estudios el concepto de norma jurídica o de lo que se entiende por sistema jurídico. Con esa base filosófica, los legisladores podrán abordar el desarrollo de aspectos concretos, como la definición del sistema de fuentes o los criterios de interpretación del Derecho.
En la definición de las fronteras de la filosofía del Derecho es necesario tener en cuenta su íntima relación con la sociología, la filosofía moral, la filosofía política y la ciencia jurídica en sí, siendo la configuración teórica que fundamenta la acción de esta última en su estudio, interpretación y sistematización del sistema jurídico.
En definitiva, la filosofía del Derecho busca analizar, conocer y ofrecer un conocimiento pleno del Derecho, reflexionando y elaborando los conceptos de los que van a beber las distintas disciplinas jurídicas que abordan aspectos concretos del sistema jurídico con el objetivo de dar unidad y coherencia a toda la estructura.
Ramas de la filosofía del Derecho
Dentro de la filosofía del Derecho podemos distinguir varias ramas entre las que podemos destacar:
Hermenéutica
Con origen en la exégesis bíblica, conlleva herramientas de interpretación del texto jurídico y la lógica jurídica. Esta última es fundamental para el abogado y la correcta construcción de la argumentación jurídica.
Axiología
Constituye el estudio de los valores. Afronta el estudio de conceptos como justicia, igualdad o libertad, enlazando directamente con el ámbito de los derechos humanos (preguntándose sobre su carácter universal o relativo). Materia en la que el derecho se relaciona con lo ético y lo moral.
Gnoseología jurídica
También denominada ‘ontología jurídica’ o ‘teoría fundamental del derecho’, es el estudio de la esencia del Derecho y su fundamento, conduce a la distinción entre el ser y el deber ser y la cristalización de los valores como principios jurídicos universales. Aspira a desentrañar la esencia de lo que es Derecho y los valores que lo conforman. Muy vinculada a la epistemología, o teoría del conocimiento jurídico científico (dentro del cual encontramos el neopositivismo de Wittgenstein o Russell).
Teoría del Estado
Con el estudio de su fundamento (con el pacto social) y su función. Ámbito que también se relaciona con otras disciplinas, así Hegel ya señalaba que “el pueblo que tiene un mal concepto de Dios tiene también un mal Estado” (Hegel G.W.F, 2018. Lecciones sobre la filosofía de la Religión, Ed. Trotta, ‘concepto de religión’) vinculando Teología y Derecho, y manifestando la dimensión política y jurídica de la fe religiosa.
Análisis de conceptos
Tales como norma, validez, eficacia, coacción, soberanía o persona. De los conceptos más importantes surgen a su vez teorías diversas, como, por ejemplo, en las distintas teorías de la justicia.
Cada una de estas ramas son diversos modos en los que el pensamiento filosófico influye en el Derecho y, a su vez, el Derecho influye en el ámbito filosófico hasta el punto en el que la historia de la filosofía y las religiones se refleja en el ámbito jurídico en todas las tradiciones culturales.
En términos generales, podemos decir que la filosofía del Derecho estudia diferentes visiones (en distintos autores) sobre los problemas y retos que afronta el Derecho y la definición de los conceptos jurídicos fundamentales. A partir de estos estudios, se alcanzan categorías universales que, cuando coinciden con las convicciones de la sociedad, se ven transformadas, positivadas, en normas específicas.
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De tal forma, la Filosofía del Derecho se convierte en un auténtico motor de transformación del Derecho y su función, objetivos y fundamento en la sociedad que rige. Permite proponer sistemas jurídicos que sean capaces de responder a las necesidades de la sociedad de cada tiempo, criticar las normas ineficaces y su conexión con las convicciones íntimas mayoritarias de la sociedad.
Permite determinar en la práctica jurídica los valores protegidos por la norma en su aspiración ideal y, por ello, permite evaluar si la norma es adecuada para garantizar el fin que pretende perseguir siendo herramienta imprescindible en la interpretación jurídica.
La filosofía del Derecho ofrece soluciones a cuestiones de actualidad, como la globalización, la experimentación genética en general y el genoma humano en particular o la influencia de las nuevas tecnologías en el derecho. Así, se construyen:
Nuevos derechos subjetivos, como el derecho fundamental a la unicidad genética y a la irrepetibilidad individual.
Nuevas categorías jurídicas, como la responsabilidad penal de las personas jurídicas.
Nuevos discursos, como la revisión del papel de los animales en el Derecho.
En definitiva, es la filosofía del Derecho la disciplina jurídica llamada a afrontar en primer lugar el reto de la lucha por aquello que debe ser derecho o, en palabras de Ihering, el “sentimiento jurídico ideal”, puesto que “todo hombre que se encoleriza y que siente indignación moral al ver cómo el derecho se supedita a la arbitrariedad, lo posee sin duda alguna” (Ihering, 2018. La lucha por el derecho, Dykinson: Madrid, p. 91).
Comprender la interrelación entre la filosofía y el Derecho permite la comprensión holística del Derecho, su función social de protección del débil y en la persecución del inalcanzable ideal de la justicia perfecta. Un ideal que todo jurista debe perseguir, aunque sea inalcanzable, porque de no aspirar a él se caería en la mayor injusticia imaginable.
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